Todo lo que debes saber para evitar que te pique una garrapata
La Junta de Castilla y León emitió este sábado un comunicado para recomendar a la ciudadanía que extreme las precauciones durante el verano para evitar entrar en contacto con garrapatas que puedan producirles picaduras, que se intensifican durante el verano, y que aunque la mayoría “son inofensivas, algunas pueden acarrear consecuencias graves para la salud”, como la enfermedad de Lyme o la fiebre de Crimea-Congo.
Según refiere el comunicado de la Junta, las garrapatas se encuentran en el suelo, normalmente ocultas entre la hierba o los arbustos. Cada especie tiene diferentes preferencias de hábitat: unas son comunes en zonas boscosas, otras prefieren parajes abiertos, con dehesa o incluso matorrales secos, y algunas se han adaptado a vivir en el interior de las madrigueras de sus hospedadores o en construcciones humanas, como en las perreras. La mayor parte de las especies de garrapatas están activas en los meses cálidos, desde la primavera hasta el otoño, ya que las temperaturas muy bajas provocan su falta de actividad y las heladas intensas reducen mucho su población.
Como actualmente no se dispone de una vacuna protectora, para evitar picaduras de garrapatas cuando se realicen salidas al campo, la Junta realiza una serie de recomendaciones. Entre ellas, destacan el uso de ropa de color oscuro que cubra tobillos y brazos, y botas cerradas con calcetines, procurando que cubran la parte inferior de los pantalones, caminar si es posible por la zona central de los caminos para evitar el contacto con la vegetación circundante, evitar sentarse en el suelo en las zonas con vegetación, utilizar repelentes autorizados y, en caso de salir con mascota, aplicarle algún antiparasitario externo autorizado.
Al acabar la jornada, se recomienda realizar autoexamen exhaustivo del cuerpo al llegar al domicilio para localizarse garrapatas fijadas para su pronta extracción, ya que la transmisión de infecciones en las primeras horas es muy baja. En caso de extraerla uno mismo, se debe realizar mediante tracción con una pinza de punta fina. En caso de dificultad o duda en la extracción de la garrapata, también se recomienda acudir al centro de salud, donde la extraerán correctamente. Asimismo, hay que observar los días siguientes y si aparece fiebre, una erupción, dolores musculares o manchas rojas en la piel, se debe acudir al médico.
Cabe recordar que solo en un pequeño porcentaje de picaduras de garrapata se producen complicaciones y que no todas las garrapatas transmiten enfermedades ni pican a humanos. En España, las enfermedades infecciosas transmitidas por garrapatas más frecuentes son la fiebre botonosa o exantemática mediterránea y la enfermedad de Lyme y Debone. Además, de forma esporádica, se han descrito casos de turalemia y fiebre de Crimea-Congo.
En septiembre de 2016 se diagnosticó el primer caso humano, asociado al contacto con una garrapata en la provincia de Ávila y un segundo caso en un profesional sanitario que le atendió en la Comunidad de Madrid. En estudios posteriores se ha confirmado la presencia de virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en garrapatas capturadas sobre animales silvestres en diversos municipios de las comunidades autónomas de Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid, motivo por el que se pide extremar las precauciones.
En el portal sanitario de la Junta de Castilla y León (https://www.saludcastillayleon.es/) está disponible para la ciudadanía y para los profesionales sanitarios información, tanto sobre la prevención de picaduras de garrapatas, como de las enfermedades de las que son potenciales vectores de transmisión y, más concretamente, de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, ya que la mejor forma de prevenir estas enfermedades es siguiendo las recomendaciones citadas.