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El cebo de las tapas engorda el auge de los «clientes fantasma» en la hostelería

Los restaurantes leoneses comienzan a tomar medidas como cobrar una cantidad por adelantado o una aplicación de reservas

Los hosteleros comienzan a tomar medidas contra los clientes fantasma. MARÍA FUENTES

Publicado por
Alba Mieres

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Llamar a un restaurante o a un bar para reservar mesa y finalmente no acudir a la cita, sin haber avisado para cancelar. Esas son las denominadas reservas fantasma, práctica que cada vez es más frecuente en los bares y restaurantes del país. El presidente de la Asociación de Hostelería de León, Óscar García, declara que evitar esta situación «es complicado, porque la gente se tendría que concienciar de que si haces una reserva a un restaurante tienes que ir, porque si no el local pierde dinero». Incluso, pone el ejemplo de que hay personas que «hacen tres reservas en restaurantes distintos y luego eligen uno, sin cancelar en los otros dos».

Ante esta situación, los hosteleros están comenzando a tomar medidas, como por ejemplo cobrar por adelantado un porcentaje al momento de hacer una reserva. De hecho, «existe un software, una app en la que haces reservas y si no acudes te extrae una cantidad de tu tarjeta bancaria. La única forma de la que te proteges en esta situación es cubrir los gastos de la comida, y en ocasiones no los cubres por completo», explica Óscar García, aunque señala que «por el momento, medidas como el software no se aplican mucho en León».

Tretas

Algunas personas reservan en dos o tres lugares para elegir uno sin cancelar en los otros

Los establecimientos, en general, tienen libertad para poner las condiciones en las que van a prestar el servicio, siempre y cuando no estén prohibidas por la normativa ni atenten a derechos fundamentales (como raza, sexo o religión). Eso sí, tienen que informar claramente y con antelación a los consumidores de la normativa.

En ello se engloba solicitar al cliente una cantidad de dinero anticipada para reservar una mesa, incluso un porcentaje del coste del menú. Es legal que el hostelero pida como adelanto un importe de la reserva, pero luego lo tiene que descontar del total de la factura. Sin embargo, muchos locales se quedan con ese dinero si el usuario o el grupo de personas no se ha presentado a la reserva. Esta práctica es cada vez más común en restaurantes con mucha demanda.

En el caso de la hostelería de la provincia, las consecuencias de las reservas fantasma se acentúan más en fechas señaladas, como la Semana Santa o Navidad, «llegando incluso a perder un 10%», señala García, ya que suelen acudir a restaurantes grandes grupos para las cenas y comidas de empresa o familias. Sin embargo, el presidente de la Asociación de Hostelería de León aclara que «no es propio de las familias ni de las parejas que no acudan a una reserva, ya que tienen que planificarlo, señalar una fecha». Informa que «es más común en grupos de amigos. Aquí en León tenemos la costumbre de ir de tapas, entonces el vermú se alarga y después de tres rondas deciden no ir porque ya están llenos».

A su vez, Óscar García asegura que esta práctica «antes no era tan común, pero desde el final de la pandemia se ha ido incrementando hasta el día de hoy», algo que, en sus propias palabras, se solucionaría «si la gente avisase con una hora o dos de antelación de que no va a acudir a la cita, el hostelero tendría tiempo de reacción para sacar otra mesa. Además, el servicio que el hostelero ofrece es de disfrute. Otro tema son los alimentos, que caducan y se tienen que tirar a la basura».

Sobre la pregunta de si en verano, con más horas de ocio y con las vacaciones, esta práctica es más común, García responde que «no es algo exclusivo del verano, no tiene temporalidad». Y finaliza al aclarar que a él en la vida se le ocurriría reservar en un bar o restaurante y no avisar de que finalmente, no va a acudir.