Primaria implica a más de 2.000 pacientes en investigaciones para mejorar la salud
Se estudia cómo mejorar el dolor crónico, las heridas complejas, problemas respiratorios y mejoras asistenciales
Atención Primaria se suma con fuerza a la labor de investigación para que León se convierta en un nodo influyente y reconocido en el resto del país en materia sanitaria. Una actividad que, además, repercute positivamente en la mejora de la calidad de vida de los enfermos, ya que en las consultas se aplicarán las medidas de mejora que se desprendan de los estudios.
Y en esa veintena de proyectos, se han prestado a participar más de 2.000 pacientes implicados por los médicos de familia, pediatras, enfermeras y fisioterapeutas. En la actualidad, se investiga cómo afrontar y mejorar el dolor crónico, qué medidas de mejora asistencial se pueden aplicar para canalizar la demanda asistencial, el manejo de las heridas crónicas complejas, el impacto emocional de la infertilidad y el uso de test de diagnóstico rápido para las infecciones respiratorias tanto en la población infantil como adulta.
Todos ellos se enmarcan «en el ámbito de la atención primaria, la promoción de la salud y la salud comunitaria», según aclara Fernando Álvarez Guisasola, jefe de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de León y responsable de Investigación.
La idea de apostar de manera más decidida por la investigación empezó a tomar cuerpo en 2019 al iniciarse un estudio sobre cardiopatía isquémica, una enfermedad que afecta a casi 8.000 leoneses y que registra 300 casos anuales nuevos. El trabajo atrajo a 400 profesionales de Atención Primaria que analizaron decenas de variables en un millar de pacientes.
Los resultados prácticos ayudaron a conocer qué influye en la enfermedad y cómo se puede mejorar la calidad de vida de este tipo de enfermos. Las consultas de familia también sirven para una ambiciosa investigación sobre el maltrato a los mayores de 65 años.
La gerencia de Atención Primaria impulsó este estudio, junto al Ayuntamiento de León y la Universidad. La idea es detectar qué pacientes de ese tramo de edad pueden estar sufriendo violencia física o psíquica tanto en sus domicilios como en las residencias de tercera edad donde habiten.
Un problema casi invisible y poco investigado, pero muy presente en la sociedad que se traduce en falta de cuidados, soledad, alteraciones en la piel o en la higiene y sentimientos de estar desplazados. La mayoría de las personas no denuncia por miedo o vergüenza, ya que resulta muy difícil que acusen a su cuidador, sobre todo, si se trata de un familiar o de un hijo. Además, se sienten culpables, porque creen que representan una carga. La sospecha de maltrato se puede detectar en los centros de salud y se considera «muy adecuado» poder determinar la incidencia de esa violencia en los mayores si es superior, igual o inferior al 10% de otros estudios a nivel nacional, puesto que en poblaciones envejecidas, como es el caso de la provincia con 122.300 mayores de 65 años y 331 centenarios, ese porcentaje suele ser más elevado, según los datos de Semergen. La tarea se encomendó se encomendará a las 140 enfermeras de los seis centros de salud de la capital a los que acuden 8.500 personas mayores entre las cuales se efectuará un muestreo para seleccionar a 1.500 de ellos. También se estudiará la malnutrición en los mayores de 65 años en el ámbito de los 28 centros del área de León. La investigación se encomendará a las enfermeras de las instalaciones, donde trabajan 340 profesionales.