Diario de León

La tonada del viajero abandonado en la nueva estación de la antigua Feve

El regreso de los trenes a la vía de ancho métrico no acaba de cuadrar frecuencias y horarios

Señalética en los andenes de una de las estaciones remozadas en la nueva era del ancho métrico en León. DL

Publicado por
L. urdiales
León

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Una de las dudas comunes entre los usuarios del servicio de transporte de viajeros en las Cercanías de ancho métrico, antes Feve, es saber cuándo no pasa el tren; y, tan importante, cuándo el autobús u otro elemento que lo sustituya. Usuarios del servicio reportaron quejas por este tipo de sucesos, secuencias repetidas que no han desaparecido tras la reapertura de las vías, cerradas en primavera por causa de reajustes y reformas técnicas.

La figura del viajero del tren abandonado en la estación se repite más de lo esperado, hasta por los propios afectados, curtidos en las mil batallas de desajustes horarios, suspensiones de recorridos, traslados, transbordos que recorren la vía estrecha desde el borde de la capital leonesa hasta los confines del este de su provincia, y más allá.

El penúltimo acontecimiento se produjo el viernes, sin trenes por los raíles al este de Cistierna; aunque los usuarios no lo sabían, y esperaron de forma infructuosa un tren que no llegó.

Ni pudieron echar mano del primer botón rojo que se ofrece como solución de urgencia en las paradas de las estaciones cerradas que flanquean los andenes: el número de teléfono, con prefijo de la provincia de Burgos, que se presenta como auxilio al usuario, en el caso de que no vea el tren que espera diez minutos después de la hora que fija la columna de horarios, otro elemento de decoración del tablón de anuncios en el exterior del vestíbulo de la estación. Ni respuesta ni atención, mientras las manillas del reloj se acercaban tanto a la hora del ocaso como para que el usuario atrapado sin tren pudiera suponer que el viaje esperado y que le ofrecía Cercanías no iba a ser posible esa tarde.

Al fía siguiente, volvieron los trenes a la vía, sin dar respuesta al incidente de la jornada anterior, ni resolver las dudas por las que en la víspera dejaron olvidados a los viajeros que se empeñaron en usar este servicio público.

«Hay pocos días sin sobresaltos, y no tiene pinta de cambiar», asume con pesimismo uno de los afectados de ese penúltimo episodio del viajero abandonado por el tren en una estación solitaria de los valles de la montaña leonesa, solitaria también, aunque menos en este periodo estacional de verano que invita a la esperanza de que todo vaya a funcionar mejor, incluida la frecuencia de los trenes en consonancia con los horarios. El regreso de los trenes a la vía vino a coincidir con el momento álgido de la demanda de estas cercanías destinadas a impedir que León no se aleje del extremo nortes de su provincia.

Mientras, uno de los usuarios denunciantes de la situación límite del viajero y el tren alicata la lista de deficiencias en la prestación e invita a emplear la página web para buscar un tren, un horario, una posibilidad de viaje, entre León y un punto de destino que hace posible esta brecha remozada de la vieja Feve; y anticipa el resultado, casi sin cobertura de voz a través de una llamada de teléfono móvil. Se hace el silencio. Luego, un ruido, que acabó en falsa alarma. «No es el tren, va a ser el helicóptero de los incendios». Capítulo a parte en el estribillo interminable de esta tonada del viajero abandonado en el apeadero de cercanías.

En mitad del andén

El primer botón de auxilio que le ofrecen al viajero, un teléfono de Burgos, tampoco dio respuesta

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