Las raíces de los árboles convierten el parque de Morano en una pista de obstáculos

El parque de Morano es uno de los pocos espacios céntricos dedicados a los niños, pese a no tener novedosos elementos para los juegos de los más pequeños, la zona verde es una garantía de sombra en los meses de verano. Sin embargo, esos árboles han convertido el pavimento del parque, situado justo detrás del Auditorio, en una verdadera pista de obstáculos porque han ido abombando el suelo allá por donde van creciendo. De este modo, el pavimento no es uniforme y se convierte en un peligro para los niños que corren por la zona, saltan o juegan a la pelota. También lo es para los mayores que les cuidan, que se arriesgan a traspiés y caer al suelo al verse sorprendida su pisada con una zona más elevada. Los parques infantiles deben cuidarse, precisamente, para garantizar la seguridad de los más pequeños. Todo ello, sin entrar en uno de los elementos más destacados de este parque, recientemente ampliado en su zona este, hacia la avenida Padre Isla, su fuente. Una fuente ornamental, que refresca pero que también se ha convertido en ‘piscina’ accidental para los más pequeños que se acercan con ramas o juguetes a rescatar las hojas que flotan en el agua con lo que es habitual que más de uno caiga, directamente, al interior.