Diario de León

El turismo rural espera una ocupación plena al amparo de las altas temperaturas

Hasta la penúltima semana será del 100% y para los últimos días del mes descenderá hasta el 70% según la previsión

Un grupo de personas visita Peñalba de Santiago, El Bierzo. LUIS DE LA MATA

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Alba Mieres

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El turismo rural espera una ocupación plena este puente de agosto, con un porcentaje del 100% de reservas, después de que entre enero y junio se registrase una disminución del número de visitantes nacionales, que componen el mayor sustento para los establecimientos rurales de la provincia leonesa.

Agosto es el mes por excelencia de las vacaciones de verano para la mayoría de los trabajadores. El secretario nacional de la Asociación Nacional de Turismo Rural (Asetur), Jesús del Río aseguró ayer que el mes se consolida como «el más emblemático, a pesar de que en la última semana se pronostique un descenso al 70%. Pero hasta el día 24, la ocupación es del 95%-100%».

Estas cifras dan un poco de alivio al sector rural tras un año convulso. Comparado con el primer semestre de 2023, el año pasado llegaron entre enero y junio 44.122 viajeros a las más de 500 casas rurales disponibles en la provincia. De esta cifra, 6.043 fueron visitantes de otros países.

Este año, durante el mismo periodo de tiempo, la cifra de turistas permaneció por debajo de los 40.000, con un 39.622 en total, de los cuales 7.650 fueron personas extranjeras.

De acuerdo con el INE, León tiene 515 establecimientos dedicados al turismo rural, 4.480 plazas en total y los empleados se acercan a las 900 personas.

Tampoco fue junio un buen mes, a pesar de ser la entrada al verano y otro de los meses clave de las vacaciones, ya que el número de turistas se situó en 6.753 personas, también inferior a la marca del año 2023.

Tras el problema que supuso una Semana Santa en la que el mal tiempo provocó las cancelaciones de la gran parte de las reservas, y que redujo de los casi 11.000 visitantes en abril de 2023 a los 6.500 de este año, parece que en pleno verano las cifras comienzan a remontar.

Del Río asegura que este verano se mantienen «las mismas cifras que el anterior, la ola de calor no influye en las reservas, aunque sí hay gente de zonas como Madrid que escapan unos días al norte, donde la temperatura nocturna es más agradable».

Además, explicó que desde hace un par de años la tendencia del mes de julio es a la baja y que cada vez desciende más. Del Río señaló al «fin del boom, turístico post-pandémico», en el que muchas personas tras el confinamiento y con el fin de las medidas restrictivas aprovechó para viajar más.

De la misma forma, apunta que la Semana Santa o el puente de mayo son «algunos de los picos en los que el turismo rural tiene más visitantes» y que «septiembre y octubre ahora son muy buenos meses también», debido a que «las temperaturas son más agradables, aún hay días largos y no hay tanta demanda ni masificación, pero las reservas se hacen con menos plazo y tiempo».

Estas reservas «son más pernoctaciones de fines de semana o de puentes, por ejemplo con el de mayo en Madrid, que son los días 1 y 2, muchos madrileños reservan en la provincia. No es una semana entera, pero sí cinco días».

Así, «en agosto las personas hacen las reservas con mucho tiempo porque de otra manera no hay plazas. La demanda se dispara porque es el mayor pico del año».

De este modo, el sector del turismo rural espera conseguir un respiro y aumentar el margen de beneficios que durante el primer semestre del año sumado a las cancelaciones en la primavera por el mal tiempo no han podido lograr aún.

Rumbo a la baja

Desde hace algunos años, los turistas ya no se van tanto de vacaciones en el mes de julio

Mal año

El mal tiempo durante la Semana Santa bajó los visitantes de 11.000 en 2023 a 6.500 este año

El sector rural se expande

En los últimos cinco años el número de los establecimientos rurales, las plazas, los grados de ocupación y el personal empleado incrementaron sus cifras, según un estudio publicado por el INE. En el año 2019, antes de la pandemia, los establecimientos abiertos en las zonas rurales eran 477 en total. En 2024 la provincia cuenta con 38 más.
El número de las plazas también han crecido con 489 sitios más, al pasar de 3.991 a 4.480, y el grado de ocupación subió de un 16,75% a rozar el 18%.
En cuanto a las reservas por plazas en fines de semana, antes de la pandemia eran del 27% y en junio de 2024 llegaron al 28,23%, y por habitaciones el número creció en cuatro puntos hasta alcanzar el 24,30%. Las personas empleadas pasaron de 745 a 899 trabajadores.

El aumento continuo del IVA pone contra las cuerdas al sector rural

Desde el inicio de la guerra de Ucrania y el fin de la pandemia se ha producido un incremento ininterrumpido en el IVA de la electricidad, los alimentos o la gasolina, entre otros aspectos. En el sector del turismo rural, Jesús del Río sostiene que esta subida supone un problema, puesto que el margen de beneficio es pequeño, y a pesar que de momento resistan «puede que debido al aumento del coste energético y de los alimentos tengamos que aumentar los precios de las reservas. Bajarlo nos resulta imposible». Además de que, al obtener poco margen de beneficio, compromete la rentabilidad de los negocios.
El incremento del IVA junto con las bajas cifras de turistas nacionales y extranjeros en la provincia, provocado en gran parte por las cancelaciones en Semana Santa por el mal tiempo, ocasionó que este sector se plantee incrementar los precios de las reservas.
A pesar de que durante los meses de enero y febrero el sector rural tuvo un pequeño impulso, pues hubo más turistas que los que normalmente viajan en esas fechas, el número de pernoctaciones, que dan impulso al turismo rural, no llegó durante los seis primeros meses del año a la cifra de 95.000 reservas. Queda por ver si en el mes de agosto, con una ocupación del 100% durante las tres primeras semanas, da un impulso al sector rural y ayuda a recuperar las pérdidas de un primer semestre convulso.
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