La ITV abrasa a los leoneses
Crecen la quejas de usuarios obligados a aguantar a pleno sol y bajo el calor el proceso de inspección entre los lineales de las estaciones En algunas jornadas de agosto, las retenciones de vehículos se extienden hasta una hora
En pleno agosto, la cadena de producción de las estaciones de ITV en León funciona a pleno rendimiento. Aunque bajo el rigor y del castigo de un sol de justicia, que pone los termómetros en el borde de los cuarenta grados, que hacen un horno la espera dentro de un vehículo. Esa es la secuencia estival de estos centros de inspección, con relación directa y conocida con el parque móvil con más de cuatro años de vida.
Este repertorio de usuarios, automovilistas, camioneros, maquinistas, motociclistas, en plena procesión entre los lineales de humos y los de amortiguación, luces y frenos bordea las condiciones de aguante de los clientes obligados que tiene este negocio, con seis centros en la provincia, y en los que se repite la secuencia límite, con leves matices de diferencia entre ellas: dos o tres grados centígrados, arriba o abajo, saludan a los paganos de esta liturgia en el tránsito entre pasillos. En algunos casos, hasta una hora de espera, en ese tránsito que se hace interminable en el espacio horario de más presión de calor en la jornada; entre mediodía y bien alargada la tarde, después de la siesta, el recorrido resulta asfixiante, denuncian algunos usuarios sobre la tensión en la actividad.
La espera media para conseguir hora en las iteuves de la provincia de León varía entre los diez o quince días de las estaciones más próximas a la capital leonesa, en Cembranos u Onzonilla, a un mes de largas hasta lograr el propósito en Cistierna, según se puede comprobar a través de la pagina web de la concesionaria de un servicio que tutela la administración autonómica.
En algunos escenarios se repite la secuencia de que las retenciones bajo el sol completan todo el recorrido que se cubre entre los lineales del proceso, desde el túnel de los humos a la plataforma que mide los elementos de seguridad, de frenos o suspensión de los vehículos.
La canícula estival se suma a la lista de incidencias que se apega a las visitas obligadas a las inspecciones técnicas del vehículo, amparadas por una normativa que resulta imprescindible para que el vehículo pueda circular sin infringir las normas de tráfico.
La presión sobre este segmento de la movilidad se traduce en las propias estadísticas de sanciones, con las que la DGT hace gala de su capacidad punitiva. Las multas por no tener en regla los documentos que sellan en la ITV suponen el segunda causa de sanción a los automovilistas, después de las que corresponden a los excesos de velocidad.
Las propias empresas de la inspección técnica de vehículos generan referencias sobre la incidencia que tiene el grupo de vehículos que no lleva en orden el pasaporte; entre todo el parque móvil de la provincia leonesa, 30.000 vehículos no disponían en el mes de junio de la ITV en vigor; casi once mil son turismos; más de siete mil, motocicletas; y doce mil forman parte de otras categorías.
Alguno entre ese serial, pudo haberse sometido en verano al suplicio de aguantar el castigo del calor mientras cumplía con la norma. Algunos usuarios de este negocio han criticado las condiciones que se viven puertas adentro d e las estaciones por la singularidad de la excepción de soportar a pleno sol las larga espera para someter el vehículo a la inspección. Han encontrado la misma suerte y la misma atención en las administraciones que al cuestionar que las tasas de la ITV en León resulten un 30% más caras que en Asturias.