Siniestro de Recimil
Una de las vía judiciales sugiere la posibilidad del accidente laboral
Caso de no prosperar la demanda contra el ente público, cabría la opción de contemplarlo como un siniestro "in itínere"
Los dos jóvenes fallecidos trabajaban para una empresa subcontratada por Adif. Eran estudiantes de formación profesional de León, y hacían prácticas en las obras de electrificación de la vía ferroviaria Lugo-Orense.
Ahora el procedimiento puede poner en juego una indemnización de cerca de un millón de euros. «No nos importa el dinero, lo que queríamos ya no lo vamos a tener que es la vida de Marcos, así que lo que pase ya da igual, pero por lo menos que se haga justicia», relató la misma fuente, consultada por este periódico en la familia leonesa. Si se demuestra que la vía era segura y que el Estado no tiene nada que se le pueda achacar, las víctimas tendrán que demandar al conductor y acusarlo de haber cometido una imprudencia por cruzar el paso a nivel sin percatarse de que no había peligro. La declaración del único superviviente es crucial, y después de varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos el muchacho aseguró que no vieron venir el tren y que cuando cruzaron el paso a nivel y ya estaba sobre la vía «el coche se quedó parado». Las pruebas que manejan las autoridades dan sustento a esta teoría, ya que el sistema interno del coche de Jorge, registrado que el conductor trató de encender el vehículo en un cortísimo espacio de tiempo justo antes de que se produjera el impacto del tren.
Existe la posibilidad de que las familias aleguen que el siniestro forma parte del ámbito laboral, con lo que si se considera el caso incardinado dentro de este epígrafe, se abriría la puerta a una denuncia contra la empresa subcontratada, puesto que se podría considerar que se trató de un accidente in itínere.