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La provincia de León cuenta con más de 38.000 dispositivos vulnerables

En España hay cuatro millones de artefactos calificados como potencialmente expuestos 
Las llamadas para consultas, problemas y ayuda del Incibe aumentaron un 20% en el 2023

Editorial: Cambiar las ‘cibercerraduras’

Un profesional de ciberseguridad en las instalaciones del IncibeJESÚS F. SALVADORES

Publicado por
Alba Mieres

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La provincia de León registró en el año 2023 un total de 38.407 puntos de conexión a internet que se calificaron como potencialmente expuestos, comprometidos o vulnerables, según el balance del Instituto de Ciberseguridad del Incibe. Estos dispositivos estuvieron afectados por algún software malicioso, mal configurado o expuestos en Internet de forma no deseada. A nivel nacional, la cifra se incrementó a más de cuatro millones de dispositivos vulnerables. Asimismo, aumentaron en un 20% las llamadas para consultas y problemas de la línea de ayuda de Incibe.

Ruth García, la Técnico de Ciberseguridad para ciudadanía de Incibe, desglosó para este periódico las fórmulas más habituales de delincuencia en esta materia: «la suplantación de los bancos es la más famosa pero también cada vez hay más casos de correos electrónicos fraudulentos (o fishing ) por parte de un ciberdelincuente que simula ser de una empresa conocida» y el « smishing , que son ciberataques efectuados por SMS».

En ambos casos, García explica que los estafadores «dan un periodo para realizar una acción y facilitan un link fraudulento». La mejor pista para ver si es una estafa es «fijarse en la URL, porque probablemente hayan cambiado un elemento como una «o» por un «0» o una «a» por un «4».

En cuanto a los perfiles que suelen atacar los delincuentes en red, apunta a que los timos «se envían de forma masiva, pero son más candidatos de caer aquellas personas que no tienen tantos conocimientos de ciberseguridad, que no de tecnología», apunta.

Sin embargo, hay colectivos más vulnerables, como pueden ser «las personas mayores que no usen tanto el móvil, sino que sólo lo utilicen para el whatsapp o para revisar solamente los correos» entonces «pueden ser víctimas de llamadas fraudulentas en la que juegan con el miedo, como que les van a bloquear la tarjeta o la cuenta bancaria», señala García.

A su vez, aconseja que ante cualquier mensaje sospechoso, «lo ideal es contrastarlo, pedir ayuda y llamar a la línea de ayuda de ciberseguridad, tanto cuando haya pasado algo como para prevenir» y que «hay que sospechar de cuando te pidan datos, porque las entidades ya los tienen. En esos casos es recomendable cortar la llamada y marcar al teléfono oficial de consultas de la empresa».

Por otra parte, en internet dejamos mucho rastro y exposición por redes sociales. García destaca que «una foto o incluso una palabra o mensaje, como el lugar donde estamos, la hora, los gustos o los intereses dan una idea del nivel adquisitivo o de que no estamos en casa. Con todo ello, los estafadores crean un perfil de víctimas. Por ejemplo, si se fijan en que a una persona le gusta el fútbol, le envían una estafa con entradas falsas para ver un partido».

Además, también existen «herramientas que pueden recopilar datos que han publicado la víctima o personas conocidas de ella». Es por ello que es importantes de «ser conscientes de nuestra privacidad, porque aún cuando somos personas anónimas importamos a los ciberestafadores».

«Hay que ser cautos con qué publicamos y quién lo puede ver», apunta la técnico de ciberseguridad para ciudadanía de Incibe, quien también advierte de que muchos de los datos los recogen «en registros de páginas webs».

En cuanto al tema de los menores en la red y su ciberseguridad, García declara que no hay una edad que sea idónea para darles el móvil y que «con 12 años puede ser muy maduro o inmaduro». Sin embargo, entran otros factores en juego, principalmente, «la presión social por tener un móvil si todos sus compañeros de clase o amigos ya lo tienen».

Asimismo, García añade que «aunque sea un niño con mucha madurez, puede ver contenido que le pueda afectar o traumatizar, como violencia o pornografía o, incluso, que un adulto quiera contactar y quedar con el niño o la niña».

Otros de los peligros a los que están expuestos los menores son «los fraudes relacionados con las compras en videojuegos o apuestas, que terminan vinculadas a la tarjeta bancaria de sus padres. Incluso, puede que personas de más edad les añadan a un grupo radicalizado, que fomenten la bulimia, la anorexia o el bullying, ».

Por ello, García recalca la importancia de un control o un pin parental en el caso de que los padres ofrezcan a su hijo un móvil. «Deben de saber que los padres o familiares van a brindarle apoyo, que van a mostrar interés. Es importante mantener un diálogo con los hijos para saber qué aplicaciones usan para conocerlas, si un juego es online , si tiene un chat para hablar con otras personas y que en caso de que ocurra algo, poder ayudarles antes de que el problema se vuelva más grave». También destaca la importancia de «acompañar al menor, dejarle que use progresivamente el móvil».

Una de las mejores estrategias para ello son «los pactos entre los padres y sus hijos, como cuándo va a poder usar el móvil y cuántas horas».

Tipos de engaño

En los últimos meses se incrementaron los timos por correo, SMS y por llamadas telefónicas

Precauciones

Aunque el perfil de una persona sea anónimo, no está libre de que se pueda producir una estafa

Edades tempranas

En muchas ocasiones, los niños piden un móvil a sus padres por la presión social de su entorno