Feijóo, Marta Ortega... Las fotos del último adiós a Santiago Rey, editor y presidente de La Voz
El afamado empresario también fue presidente y editor de Diario de León
Con la muerte de Santiago Rey Fernández-Latorre, fallecido este miércoles a los 85 años, el periodismo y el empresariado español sufren una pérdida irreparable. Presidente y editor de La Voz de Galicia, una de las cabeceras de referencia de la prensa española, Rey jugó un papel primordial en el impulso, modernización y consolidación de la centenaria cabecera gallega y de la prensa regional en España desde el tardofranquismo y la Transición hasta hoy. Faro de empresarios y modelo de periodistas, era una de las figuras más relevantes de la sociedad gallega y española. Deja como legado la etapa más brillante del rotativo gallego y de todas las empresas de la Corporación que tuteló e impulsó durante más de 60 años.
Nieto del fundador del periódico gallego, Juan Fernández Latorre, vinculado al rotativo desde hace seis décadas, su salud se había deteriorado sin remedio en los últimos días. Estuvo acompañado en sus últimos momentos por su esposa, Salomé Fernández-San Julián Martínez, y por su equipo de colaboradores más cercanos.
Los restos mortales del legendario emprendedor se velaron durante la tarde del miércoles en el Museo Santiago Rey Fernández-Lartorre, situado en las instalaciones de la empresa, en el polígono de Sabón (Arteixo), donde se sucedieron las muestras de dolor y respeto.
Nacido en la rotativa Nacido en A Coruña el 31 de agosto de 1938 -»encima de una rotativa» repetía orgulloso-, era hijo de Emilio Rey Romero y de María Victoria Fernández-Latorre. Tras licenciarse en Derecho, Rey comenzó su andadura en el ámbito empresarial en 1961. Dos años después asumía la gerencia de La Voz bajo la presidencia de su padre para desarrollar una larga y brillante trayectoria al frente del rotativo.
Nombrado consejero delegado del periódico en 1971 y presidente de la corporación La Voz de Galicia -propietaria de La Voz de Asturias o de Radio Voz-, en 1988 consolidó el grupo de empresas vinculado a la cabecera, que convirtió en un referente para Galicia defendiendo posiciones editorial comprometidas con el ideario expuesto por su fundador en 1882.
Con Rey pilotando la nave, el centenario rotativo alcanzó una audiencia diaria de un millón de personas. Pero su papel fue crucial para todo el sector, desempeñando cargos en el Instituto Nacional de Prensa (IPI), en Antena 3, la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) o en COLPISA, agencia que contribuyó a fundar.
Fue el responsable de la modernización de un diario que afianzó en la vanguardia tecnológica superando todo tipo de dificultades en unos años inciertos para el país y para el periodismo. Apostó con claridad por la democracia, los derechos civiles y el progreso económico y social de los gallegos, y amparó proyectos para impulsar la lengua de Castelao. Su insobornable espíritu liberal le enfrentó en varias ocasiones al poder y generó represalias, como multas y amenazas por emplear el gallego en sus páginas y defender su uso normalizado. La democracia tuvo en él a un firme aliado en la reclamación y gestación de la autonomía de Galicia, que defendió en sus artículos por encima de todo localismo. Había tomado el timón de un periódico, que siendo ya el principal de Galicia, imprimía varios miles de ejemplares y se difundía, sobre todo, en la ciudad donde nació y su entorno. Con él al frente, se crearon las ediciones locales para toda Galicia, una cobertura ejemplar para otros medios regionales que se culminó en los años 80 y se mantiene hoy como modelo de efectividad logística y proximidad al ciudadano, con información específica de las ciudades y comarcas de Galicia.
El diario era al fin la orgullosa voz de toda Galicia, logrando el viejo anhelo de vertebrar la comunidad, con información y opinión sobre las realidades, inquietudes, necesidades y retos de la sociedad gallega. Cumpliendo a diario su cita con el lector contribuyó y contribuye al desarrollo de Galicia en los ámbitos económico, social y cultural.
Si la Voz fue pionera en Europa en introducir las linotipias y en el uso de la fotografía y la infografía décadas antes de la explosión tecnológica, bajo el mandato de Rey se introdujo la fotocomposición, llegaron los primeros ordenadores y el gran desarrollo multimedia. En 1992 inauguró la primera rotativa automatizada, conectada por fibra óptica con la redacción central, y en 2000 nació la página web de La Voz que otorgó a la empresa periodística proyección nacional e internacional. Casando tradición e innovación, contribuyó Rey a formar una sólida opinión pública y a fortalecer los pilares que sostienen el periodismo que impulsó: la información local, la expresión propia de Galicia y una visión amplia y cosmopolita de España y el mundo. Hijo Predilecto de A Coruña, fue distinguido, entre otros muchos reconocimientos, con la Gran Cruz del Mérito Civil en 1986. En 2022, en el 140 aniversario de La Voz de Galicia, Felipe VI le condecoró en la sede del diario con la Gran Cruz de Isabel la Católica «en reconocimiento a estos casi sesenta años de periodismo, a los mandos del periódico de tu vida, al que hiciste líder de A Coruña, primero; de Galicia, después, y, desde hace ya tiempo, uno de los más leídos de España».