Diario de León

Künig: la senda de un monje alemán de León a Santiago que se señalizará este otoño

El servita fue autor de un best-seller en la Edad Media con la primera guía de peregrinación, en la que propone una variante más cómoda desde Trobajo del Camino que se quiere relanzar y que esquiva Foncebadón

Ruta a Santiago de ida y vuelta desde Alemania descrita por Künig en la Edad Media

Ruta a Santiago de ida y vuelta desde Alemania descrita por Künig en la Edad MediaDL

León

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Tras casi seis siglos de olvjdo institucional, la vía de peregrinación a Santiago que propuso a través de León el monje alemán Herman Künig von Vach se comenzará a señalizar este otoño. La senda arranca en el crucero de piedra del Mirador de Trobajo y constituye un verdadero museo vivo al aire libre de la historia de los caminos, repleto de curiosos paisajes, excelente gastronomía y sorprendentes historias. La Asociación de Amigos del Camino de Künig quiere relanzar este trayecto, que ofrece una alternativa en los Montes de León y en la frontera con Galicia al evitar duros ascensos a Foncebadón, O Cebreiro y Alto do Poio, sobre todo en invierno, cuando la nieve dificulta el paso. Lugo ya ha señalizado su tramo, León comienza en un mes sus deberes.

Quién era Hermann Künig

Fue un monje servita que vivió en el monasterio de Vacha (Alemania) a finales del siglo XV. Fue el autor de un best-seller en la Edad Media al plasmar en un librito que se publicó en 1495 y se reeditó otras cuatro veces (la última en 1521) su peregrinación de ida y vuelta a Santiago de Compostela, cuando la imprenta daba sus primeros pasos. Explicó más de 4.000 kilómetros por territorios que actualmente corresponden a Suiza, Francia, España, Bélgica, Holanda y Alemania.

La primera Guía del Camino

Por primera vez en la historia, Künig tuvo la feliz idea de hacer un texto con distancias, caminos, puentes, peajes, cambios de divisas y qué trato dispensaban en los centros de hospitalidad. Su guía fue la primera escrita para el peregrinaje y la primera de viajes con una concepción moderna.

Su ambicioso objetivo lo describió en las líneas de inicio.«Yo, Hermann Künig de Vach quiero componer con la ayuda de Dios un pequeño libro que se va a llamar El Camino de Santiago. En él quiero describir caminos, huellas y de qué modo todo hermano de Santiago deberá abastecerse con bebida y comida y también quiero citar las felonías de los taberneros». Fue la tarea de toda una vida. La dificultad que entrañaba tal empresa se revela porque tan sólo existen dos guías de peregrinos medievales: la suya y el Códice Calixtino de Aymeric Picaud del siglo XII, lo que le confiere un valor incalculable.

En verso para ser recordada

La Guía está escrita en alemán antiguo y consta de 651 versos. Las rimas ayudaban a ir memorizando el texto que componía durante la marcha con las características de la ruta. Destaca su magnífica precisión, realmente sorprendente para esa época. Ofrece información detallada sobre avituallamiento, posadas y hospitales adecuados, peajes, cambio de monedas, bifurcaciones de caminos, puentes, barcas, lugares para reparar los zapatos, limosnas... Mientras hace esto también da consejos, o emite juicios. Emplea la legua como unidad de medida con un valor de unos siete kilómetros que calcula en función del espacio recorrido en una hora. Divide la guía en dos partes: el camino de ida, llamado «vía alta (520 versos)» y el camino de vuelta «vía baja (130 versos)».

Cinco ediciones, auge y olvido

El propio Künig se enteró de la enorme importancia que alcanzó su guía y de que gracias a ella va a ayudar a muchos peregrinos. Sus contemporáneos también la consideraron como una obra de culto, esencial e indispensable, de ahí sus cinco ediciones. Las guerras de religión en Alemania donde las tesis de Lutero seguidas por buena parte de los príncipes alemanas dan una visión negativa del peregrinaje y que se enfrentaron al defensor del catolicismo, el emperador Carlos I de España, pusieron fin a las reimpresiones.

Especial hincapié en facilitar la ruta

Künig prefiere caminos mas fáciles, aun a costa de dar un rodeo, porque las montañas añadían un problema a la propia dificultad del viaje por cansancio, la resistencia de los animales de tiro, lo intransitables en invierno, la falta de hospedaje y la abundancia de asaltadores. Por eso al pasar León y llegar al crucero de piedra (de Trobajo) él recomienda evitar la ruta de la izquierda que conducía hacia Astorga y Foncebadón, por Fresno, Villar de Mararife y Hospital de Órbigo, y optar por la de la derecha, el Camino de Santa Marina del Rey, que llevaba a La Cepeda para alcanzar la entrada al Bierzo sin subir montañas, el paso entre Brañuelas y Cerezal de Tremor. «Tal es mi consejo».

Araú, centro de referencia

Las asociaciones de Lugo y León iniciaron un recorrido desde los restos del gran crucero gótico de Trobajo del Camino que cita Künig, ante el que se dividía la senda jacobea en dos direcciones y pidieron potenciar el papel del municipio en relación a la peregrinación con una puesta en valor del propio crucero y que San Andrés del Rabanedo dedique un espacio del edificio Araú a esa Vía como centro de referencia.

cVisibilizar la senda

El alcalde de Santa Marina y actual presidente de la Asociación de Municipios de Amigos de Künig, Francisco Javier Álvarez, adelantó que la vía se señalizará en otoño.

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