Pescaderías Coruñesas expande su imperio gastroinmobiliario con un hotel de 35 millones en Madrid
La empresa leonesa unirá tres inmuebles, el Teatro Reina Victoria, el Edificio Meneses y la Casa Allende para levantar un complejo hotelero de lujo de 78 habitaciones en la plaza de canalejas con una amplia oferta gastronómica y cultural
Seis plantas, 78 habitaciones y 35 millones de inversión. Pescaderías Coruñesas apuesta por la plaza de Canalejas de Madrid. La empresa oriunda de León impulsará la rehabilitación de tres inmuebles, el Teatro Reina Victoria, el Edificio Meneses y la Casa Allende para albergar un complejo hotelero de lujo con una amplia oferta gastronómica y también cultural que recibirá el okey este jueves del Ayuntamiento madrileño.
La firma se encuentra ahora en la búsqueda de un operador hotelero con el que desarrollar esta iniciativa de envergadura, ya que el proyecto ocupará 8.500 metros cuadrados y pasa por unificar los tres inmuebles icónicos de Canalejas, el Teatro Reina Victoria, inaugurado por primera vez en 1916 y adquirido por Pescaderías Coruñesas en 2013; el Edificio Meneses y la Casa Allende.
Para entender la historia de Pescaderías Coruñesas hay que retroceder en el tiempo más de 100 años, época en la que los arrieros maragatos se encargaban del comercio entre la costa y el interior. Gracias a su esfuerzo, los madrileños podían comer pescado fresco ya en el siglo XIX. Su figura desaparecería después, con el ferrocarril, lo que propició que todos ellos se estableciesen como pescaderos.
Este fue el caso del abuelo y del padre de Evaristo García, un joven nacido en Combarros que decidió seguir en la tradición familiar como repartidor de pescado y marisco, no solo para el consumidor final, sino también para restaurantes y hoteles. Su padre, Norberto, compró Pescaderías Coruñesas y le puso al frente del timón en 1956. Y ahí arranca su legado.
Después entrarían en escena los Azpíroz, la familia fundadora de Angulas Aguinaga, a los que Evaristo compraba, convirtiendo su pescadería en el principal punto de venta de la capital. Lo profesional trascendió en lo personal, y María Juliana Azpíroz y Evaristo García decidieron ceder el testigo a sus hijos, quienes han hecho crecer un pequeño imperio de distribución de pescado y restauración sustentado por un importante patrimonio inmobiliario: a sus clásicos restaurantes El Pescador, O’Pazo y Filandón, se han unido el denominado Desde 1911 (fecha de fundación de Pescaderías Coruñesas) y el nuevo Lhardy, histórico local madrileño que rescataron hace tres años del concurso de acreedores.
Un gran patrimonio inmobiliario
Su solidez financiera es tal que para este ejercicio la inversión en activos inmobiliarios se elevará a 13.000 millones de euros, según se desprende del informe Real Estate Market Outlook España 2022, que el elabora anualmente la consultora Cbre. El buen momento que vive la restauración en Madrid los acompaña.
La distribución de pescado es la base inicial y la mitad de un negocio que se sustenta en un gran patrimonio inmobiliario: el valor contable de sus inmuebles asciende a 83,7 millones y en concepto de alquileres declararon unos ingresos de 1,8 millones. La familia es dueña, entre otros edificios, también del Palacio de Trinidad. Completan el grupo una empresa de catering (Albada) y poseen el 50% de la empresa Monte Vallequillas.