El ambulatorio de Pinilla ya ‘se viste’ con mármol travertino para abrir en 6 meses
Tejados, soleras y tabiquería se han ejecutado en tiempo récord tras el parón de dos años y medio
El tic-tac de los plazos por fin se va cumpliendo en las obras de reforma del ambulatorio de Pinilla. Su rehabilitación va despejando un gafe de dos décadas, y desde el pasado 1 de febrero los trabajos avanzan a un ritmo adecuado que permitirá abrir el inmueble en medio año, según las previsiones. De hecho, tras una larga temporada a la intemperie, el centro de salud ya dispone de tejado al haberse rematado todas las cubiertas, y de las soleras de las plantas, pendientes sólo de colocar un suelo de gres porcelánico.
La tabiquería interior de placas de yeso laminado ya distribuye los espacios e igualmente las instalaciones de todas las consultas están rematadas. Incluso se están ultimando los detalles de ‘lujo’ que convertirán a este barrio de San Andrés del RaBanedo en una particular ‘Roma’ de la mano de un edificio con fachada de mármol travertino.
Un material singular que marcó el esplendor de los edificios antiguos italianos y que adorna la mismísima cúpula de San Pedro del Vaticano. La nueva adjudicataria de la modernización del ambulatorio, la empresa García de Celis, ya ha recubierto gran parte de la nueva fachada ventilada con ese mármol y con piedra de Campaspero, una caliza de color arena muy valorada. La nueva empresa conocía «la dificultad» de los trabajos, bautizados como «obras de terminanción», ya que deben de adaptar un inmueble de hormigón de los años setenta a los cánones constructivos actuales de climatización y usos.
Las antiguas instalaciones se encontraban en muy mal estado y se habían comenzado a reformar en mayo de 2021 con 2,7 millones de euros tras veinte años de reivindicaciones vecinales y varias promesas incumplidas, entre ellas, vieron como se volatizaba el presupuesto autonómico ya consignado para la reforma por «solidaridad» para construir un centro de salud en Babia.
Poco duró la alegría. Los operarios ‘colgaron’ sus herramientas casi al empezar la obra al descubrir que los pilares del edificio se deshacían con facilidad por un problema de carbonatación presuntamente no contemplado en el proyecto, lo que provocó diferencias entre la empresa y la Junta que se saldaron en la ruptura del contrato y el abandono de los trabajos.
El año pasado se acometieron unos remiendos de 314.000 euros y la Consejería de Sanidad logró también ese año resolver el galimatías burocrático para relicitar la obra a la empresa García de Celis por 3,78 millones, un millón más del presupuesto inicial, y con un plazo de doce meses. También se está acometiendo el cerramiento de ladrillo para la sala de docencia.
Nuevo volumen
El centro de salud antiguo disponía de una superficie útil de 1.600 metros cuadrados, y tras la reforma alcanzará los 2.215 metros cuadrados construidos al incorporar los soportales. La empresa aseguró que «nunca» han dejado una obra a medias. Un bálsamo tras los dos años y medio de parón que sufrió el ‘cascarón’ de este inmueble, que llegó a estar varias semanas okupado.