Sarah, el asistente de inteligencia artificial de la OMS para dudas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha intentado, aún con deficiencias, crear un avatar con inteligencia artificial al que se puede recurrir en caso de dudas sobre cuestiones de salud. Se trata de Sarah (Asistente inteligente de recursos de IA para la salud), que ya se probó durante la pandemia con otro nombre (Florence), pero que resurge con un nuevo modelo de lenguaje y tecnología y, por ahora, en ocho idiomas, incluido el español.
No en balde, más de la mitad de la población consulta temas de salud en internet, según una encuesta de las Sociedades de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), para encontrar explicaciones a síntomas, molestias, diagnósticos, medicamentos, vacunas, tratamientos y estilos de vida. Sarah responde con la empatía mínima cuestiones muy generales y siempre recomienda acudir al médico. Se le presupone capacitada para proporcionar información sobre los principales temas de salud, pero está en pruebas y a pesar de las lagunas en este lanzamiento, la OMS no quiere perder el tren de la inteligencia artificial en el ámbito que le corresponde o dejarlo a empresas con intereses económicos y comerciales. «El futuro de la salud es digital y apoyar a los países para que aprovechen el poder de las tecnologías digitales para la salud es una prioridad», explicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Sarah da una idea de cómo la inteligencia artificial podría utilizarse en el futuro para mejorar el acceso a la información sanitaria de una manera más interactiva. Y la OMS pide a la comunidad investigadora ayuda para continuar explorando cómo esta tecnología podría reducir las desigualdades y ayudar a las personas a acceder a información de salud actualizada y confiable.
Como todo sistema de inteligencia artificial, Sarah aspira a crecer con la interacción humana. La alta frecuencia de búsquedas de temas de salud indican que existe una preocupación a la que se debe dar respuesta, y es clave acompañar al paciente en el cribado de información.
Las grandes tecnológicas ya intentan llevar sus máquinas conversacionales al ámbito de la asistencia primaria como herramienta de apoyo del médico y posible solución al colapso de la atención. Y a estos servicios acuden al menos una vez al año el 81,4% de las mujeres y el 72,3% de hombres, según el INE.