Sostenibilidad
Hasta un poco más allá del infinito
El concepto de la sostenibilidad tiene poco más de cuarenta años de vigencia y se ha convertido en uno de los ejes fundamentales del desarrollo moderno, pero queda un largo camino por recorrer todavía hasta optimizarlo
León se suma al concepto de la sostenibilidad en todos sus ámbitos y gana la partida a la pereza que implica un cambio de modelo que haga frente a la tradicional abulia que rodeaba a los asuntos ambientales. Colegios de la capital y la provincia realizan una labor formativa encomiable en ese apartado, a la que también contribuye el gobierno provincial.
El concepto de sostenibilidad tiene apenas cuarenta años de vigencia. La doctora Gro Harlem Brundtland no es demasiado conocida por el público general aunque su apellido dio nombre al informe que usó por primera vez el concepto ‘desarrollo sostenible’, quizás uno de los más expuestos de los últimos años.
Sucedió a finales de los ochenta del pasado siglo, siendo primera ministra de Noruega y cabeza de una comisión internacional con el encargo de la Organización de las Naciones Unidas de replantear las políticas de desarrollo económico y su cada vez más difícil convivencia con el medioambiente.
El Informe Brundtland, firmado en Oslo el 20 de marzo de 1987 y titulado originalmente ‘Nuestro futuro común’, definía el desarrollo sostenible como «aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias».
Según Antonio Gómez Sal, doctor en biología y catedrático de Ecología en el departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), el texto proponía un cambio en la visión del desarrollo que hasta entonces se manejaba, según la cual éste debería basarse en los recursos propios de cada país o contexto.
El Principio 3º de la Declaración de Río sobre el Medioambiente y el Desarrollo (1992) asumió la definición del Informe Brundtland. Por su parte, la Conferencia Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, diez años después, reafirmó el término como eje clave de la agenda internacional.
No obstante, y quizá por tratarse de un objetivo tan extenso, que literalmente emplaza a todo un planeta, el término de desarrollo sostenible ha adquirido suficiente ambigüedad como para poder significar cosas distintas. «Parece cambiar de forma y significado según el contexto y la persona que lo utilice, ya que detrás de su objetivo principal pueden ocultarse diversas visiones e intereses», explica Jeniffer Paola Gracia-Rojas, profesora de la Universidad Cooperativa de Colombia, en su documento docente ‘Desarrollo Sostenible: origen, evolución y enfoques’.
La Unión Europea es pionera en políticas de sostenibilidad. California prepara las suyas. Y todo apunta a que el ejemplo irá cundiendo en el resto. Y en León también.