Inventada la Vuelta Ciclista a la ciudad

El gigantesco ciclocarril en que se convierte León cada tercer fin de semana de septiembre editó ayer una suerte de Vuelta Ciclista a la capital que dejó de lado la utilización del coche, complicada por el control policial para evitar siniestros imprevistos, y también la costumbre del paseo, que tanto se agradece a estas alturas del año.

Salió desde las inmediaciones de El Corte Inglés y llegó hasta la Catedral. La comitiva de bicicletas y pedalistas disfrutó de las mieles del otoño incipiente y de los disfraces que se entrenan ya para febrero.

Sorteo de regalos, fiesta y música, buen humor y una indicación: todo lo que se hace por el bien del medio ambiente repercute en el beneficio de las generaciones que llegan a continuación. No es mala cosa.