Infraestructuras
Puente saca pecho de los 7.000 millones que lleva ya el Corredor Mediterráneo
Entre tanto, el Corredor Atlántico y León siguen suplicando una solución para el noroeste
Puente, en la Intermodal de Valladolid.
La teoría de la simetría no parece tener encaje en el plan de infraestructuras del Gobierno de España y de su vallisoletano ministro de Transportes. Mientras el Corredor Mediterráneo sigue acaparando todos los focos y buena parte de los fondos que corresponden a la superficie patria, el Atlántico duerme el sueño de los justos y espera tiempos mejores. O de mayor sensibilidad.
Óscar Puente, anunció ayer que ya se han superado los 7.000 millones de euros licitados para el despliegue del Corredor Mediterráneo, 7.110 millones desde 2018 de los que 1.420 se han licitado sólo en los últimos doce meses. Lo hizo sin una sola mención al noroeste del país, en el que las soluciones no pasan de ser secundarias. Siempre al amparo de las oportunidades posteriores, porque el interés está en el Levante del país. Poniente espera a tiempos mejores.
En un comunicado, Transportes destacó ayer el «hito» que suponen estas cifras, que constatan «la fuerte apuesta y compromiso del Gobierno por el desarrollo de esta infraestructura clave para potenciar el transporte ferroviario y de mercancías y viajeros y mejorar la conectividad con Europa».
El Gobierno saca pecho de que se hayan adjudicado contratos por 5.300 millones de euros y de que actualmente estén en obras más de 800 kilómetros del Corredor Mediterráneo, además de varias terminales logísticas y accesos portuarios.
Así que tocan tiempos de aplausos, porque superada la crisis del coronavirus, desde 2022 se invierten más de 20 millones de euros a la semana de media en ejecutar obras como las que permitirán conectar Murcia y Almería en alta velocidad, impulsar la autopista ferroviaria Algeciras-Zaragoza, construir la línea La Encina-Alicante o transformar el ferrocarril en Cataluña. Todas por la parte Este del mapa.
Ni una sola referencia a las del noroeste, básicamente porque las comparaciones son odiosas y el equilibrio entre territorios es bastante poco paritario a la hora de dividir fondos.
Los planes directores hablan de 4.561 millones de euros para Galicia y de 2.800 millones para Asturias. La trampa está en los plazos, que comprenden una horquilla que llega hasta el año 2030. Eso sobre el papel. El del calendario es reciclable...