Caos municipal en San Andrés con cortes de luz por impago y planes de personal varados

Hace al menos dos décadas que San Andrés del Rabanedo no resulta una plaza fácil de torear. La bola de hasta 80 millones de euros de deuda que se arrastraba en 2011 ha ido atragantando a varias corporaciones. El PP se vio obligado a un duro Plan de Ajuste para enderezar las finanzas y optó por municipalizar servicios que resultaban muy caros. El PSOE prosiguió la labor con un plan de amortizaciones que permitió separar la deuda y cerrar los ejercicios presupuestarios con superávit. Pero las inversiones para modernizar y mantener los servicios a la ciudadanía por fuerza fueron escuetos.

De modo que UPL, cuando accedió a la Alcaldía en 2023, tenía el reto de seguir haciendo caminar al Ayuntamiento hacia tierra firme por la cuerda floja. En estos quince meses, sin embargo, un cierto caos municipal se ha ido imponiendo hasta el punto de que varias instalaciones municipales han visto cómo se cortaba la luz por impago.

El asunto no es baladí, porque el pasado mes de julio el servicio de Obras y el consultorio médico de San Andrés del Rabanedo sufrieron el apagón por un desfase en las facturas, que se pudo llegar a solventar a posteriori. No así el corte de luz al que la suministradora sometió al edificio de la Uned y el Centro de Educación de Personas Adultas Concha Casado, que siguen a oscuras tres meses después y sus trabajadores, servicios y alumnos han tenido que ser reubicados entre el Aula de Nuevas Tecnologías y la Casa de Cultura de Pinilla.

El caos se demuestra en dos aspectos: el llegar a esa situación por no abonar una factura de diciembre de 5.000 euros y no atender a los requerimientos de pago y por no ponerse en contacto oficial con la eléctrica para señalar que se trata de instalaciones de una administración pública a la que no se puede cortar la luz, para que reanudaran el suministro.

En realidad, tampoco ayudó la falta de consenso con la oposición que pidió a los leonesistas que separaran las facturas pendientes de pago sin contrato, como era el caso de la luz, en lugar de llevarlas en bloque con otras para el reconocimiento extrajudicial de deuda. De modo que hasta en dos ocasiones no se aprobaron y, aunque ayer la propia alcaldesa, Ana Fernández Caurel, trataba con la concejala de Hacienda de incluir la factura que generó el corte de luz en el orden del día del pleno de hoy, no se incluyó al menos en el orden del día.

Con unos servicios a medio gas, sobre todo en Limpieza, la falta de personal se ha hecho acuciante. Pero los procesos selectivos que podrían servir de salvavidas están varados. Por un lado, nada se sabe de la Oferta Pública de Empleo de 2021 que permitiría sumar siete puestos al Ayuntamiento (ya que cuatro de policía ya se cubrieron), y el plazo para publicarla concluye en unas semanas. Al igual que la espada de Damocles pende sobre el centenar de trabajadores interinos de San Andrés si el proceso de Estabilización no está sellado este 31 de diciembre. El equipo de Gobierno y los sindicatos han tenido que empezar de cero tras haberse alcanzado un acuerdo porque el abogado del Estado rechazó el pasado junio los porcentajes tras recibir una denuncia sobre la posible arbitrariedad de las primeras bases. Aún no hay nuevas y el reloj de los plazos avanza.