El grupo de WhatsApp que ampara a usuarios de Feve abandonados por el tren
Los viajeros crean un canal para informar de retrasos e incidencias
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La canción del verano en Feve cosecha nuevos hitos en otoño. La falta de maquinistas acecha al servicio ferroviario de las cercanías de ancho métrico en León, fustigado en los últimos meses por una cascada de anomalías que han terminado por convertirse en cotidianas. Lo suyo es la incidencia. El último fin de semana volvió a ser generoso en imprevisiones para el viajero, que acostumbra a echarse a la espalda la carga.
Por falta de maquinista, se abrió con supresión la relación de circulaciones entre Cistierna y León, con la alternativa recurrente de buses y taxis para mover a los pasajeros.
La falta de personal para manejar los trenes, también arrastró a una cadena de supresiones de trenes el sábado; aunque la circunstancia inicial partió de la indisposición de un maquinista que precisó de atención médica, y fue traslado luego a un centro hospitalario de la capital leonesa, la compañía tuvo que improvisar el envío de un segundo convoy desde Cistierna para acoplarlo al convoy afectado en Boñar y continuar trayecto hasta el apeadero de La Asunción.
La compañía no ve cercana la opción de solucionar la falta de maquinistas en la línea del ancho métrico en León. En el último proceso abierto para la movilidad y traslado de personal, no se asignan plazas de maquinistas para este trayecto que afecta a los recorridos de la antigua Feve, agraciados en los últimos meses con la renovación de unidades y parque móvil, ahora distinguidos por el color y los ribetes de los trenes de Renfe Cercanías.
El servicio del ancho métrico en León acaba de superar uno de los veranos más tensos en los últimos años; algunas incidencias derivadas de la reformas estructurales de la vía, otras de problemas de la intendencia con los trenes, las más comunes por la supresión de trenes ante la falta de conductores, viajeros varados en la estación o en los apeaderos, con la única conexión con la cruda realidad a través de aplicaciones y grupos de comunicación en las redes sociales, activadas por los propios usuarios, que se solidarizan y aportan novedades a los afectados; novedades sobre dónde están los trenes que no llegan; dónde, el taxi que no los rescatará esta vez en el trayecto de ida a León o de vuelta a casa; dónde, el bus que callejera Torío abajo y entre el Cea y el Esla o el Porma, para relevar la efectividad insustituible del tren. De otra forma, se ofrece un teléfono de incidencias que no atiende, un pliego de descargo que no está a la altura de la paciencia de los viajeros que esperan billete en un tren que no llega.
Al margen, se localiza el úlltimo problema que saltó en la línea, esta vez en la parte de la estructura, lo que afecta a Adif, con el reajuste y el traslado de plantilla que enciende a Cistierna.