Pescaderías Coruñesas invierte en León «a largo plazo» en bodegas y agricultura ecológica
El grupo regenera ya 60 Ha en San Esteban de Valdueza y trabaja en la bodega de Pricum en Pajares de los Oteros
Una inversión «más emocional que empresarial» enfocada a crear proyectos «de valor», que se gestan con mimo y miran al largo plazo. Al deseo de «devolver a nuestra tierra parte de lo que nos ha dado», con el pellizco «un poco egoísta de tener un negocio que nos obligue a estar más tiempo aquí, donde más nos gusta estar». El imperio empresarial de Pescaderías Coruñesas luce con fuerza en la restauración de élite, el comercio y el cielo inmobiliario de Madrid. Y ahora entierra de nuevo sus raíces en León. Lo hace con dos proyectos vinícolas y uno de agricultura ecológica repartidos entre El Bierzo y Tierra de Campos, que persiguen la excelencia del producto, a la vez que la puesta en valor y la regeneración de las comarcas leonesas y sus emblemas gastronómicos. Tres proyectos están ya en marcha, y emplean a 40 personas de las zonas de producción. Mientras, comienzan a surgir sinergias y alianzas con otros productores leoneses.
«Seguimos teniendo en León la casa de mi padre, en Combarros. Allí vamos todos los años, tenemos mucho cariño y mucha familia. Y por eso León nos tira. Hemos iniciado estas inversiones por el cariño a la tierra y para devolver algo de todo lo que hemos recibido». Lo explica Diego García Azpiroz, consejero delegado de Pescaderías Coruñesas y cuarta generación de un negocio que sigue presumiendo de su pasado arriero maragato y haciendo gala de su esencia pescadera.
El grupo empresarial de origen leonés ha adquirido en San Esteban de Valdueza un monasterio del siglo XII (la Granja de Santullano) históricamente ligado a la producción agrícola y de vino. Y que acaba de recibir el visto bueno de la Comisión de Patrimonio para realizar nuevas obras. Comenzaron con un terreno de 12 hectáreas y su proyecto afecta ya a más de 60. «Tenemos una huerta totalmente ecológica para suministro únicamente de nuestros restaurantes; pero estamos desarrollando también un proyecto vitivinícola a futuro, que implica la recuperación de todo el valle. Estamos transformando el paisaje con una iniciativa a largo plazo, que todavía está en un momento muy incipiente. Desde un edificio utilizado durante siglos para hacer vino, además de como huerta, por parte de los monjes. Hemos ido recuperando viñedo antiguo, y plantando también viñedo nuevo con clon seleccionado de Godello de la mejor calidad, de las mejores viñas del Bierzo. Nuestra previsión es llegar al mercado en un plazo de 3 ó 4 años». Y una marca como bodega aún por decidir.
En la parte de huerta «es totalmente ecológica y sostenible», y ahí la producción sí que va destinada únicamente a los exclusivos restaurantes que el grupo tiene en Madrid (El Pescador, O’Pazo, Filandón, Llhardy y Desde 1911, además del catering Llhardy). Bajo la marca La Granja de los Monjes cultivan tomates, patatas, piparras, alcachofas, lechugas, espárragos,... «Vamos introduciendo productos, unos que se han cultivado tradicionalmente en la zona y otros que no son tan habituales. Pero es un paraje privilegiado para el cultivo de hortalizas, un enclave que, igual que ha sido de vinos desde el siglo XII, ha sido la huerta de los monjes toda la vida. Un lugar privilegiado en un meandro del río Oza», explica García Azpiroz. Que incide en que «es una producción para nuestro autoconsumo, no lo comercializamos. Permite a nuestros restaurantes tener el control de todos los productos desde el origen, sabemos cómo se han tratado».
El consejero delegado de Pescaderías Coruñesas señala que la empresa «está abierta a todo» a la hora de colaborar con otros productores. «Estar en el terreno no permite ahora conocer muchos productos de los que no éramos tan conscientes. Por eso estamos apoyando también a productores de la zona, trabajando y haciendo marca del Bierzo y de León en nuestros restaurantes, porque tienen un potencial muy importante. Al final, se van generando sinergias que consideramos que son importantes para la zona; y también damos una visibilidad a los productos a través de restaurantes para clientes de nivel adquisitivo alto que quizá ahora no tenían tanto».
El vino Pricum
El proyecto inversor de Pescaderías Coruñesas en León no se centra sólo en El Bierzo. El grupo acaba de adquirir las Bodegas Margon, en la DL León, en Pajares de los Oteros. Comercializan el conocido vino Pricum. «Es una zona completamente diferente, ahí estamos trabajando en otro proyecto, con la idea de hacer un rosado de valor, con Prieto Picudo y Albarín. Se trata también de una iniciativa a medio y largo plazo, para cuidar lo que hacemos».
Bodegas Margón adquirió a lo largo de este siglo las fincas rústicas de viñas en la zona de Los Oteros, la mayoría de ellas con más de 100 años. Y cuenta con parajes singulares que dan la peculiaridad de muchos de sus vinos. Bajo la inspiración y el conocimiento de Raúl Pérez.
Empleo local
«Son proyectos sobre todo emocionales»
Por eso el empleo local es también importante. «Priorizamos beneficiar a las personas de la zona, y nos ha sorprendido la acogida que hemos tenido». Tienen ya a unos 40 empleados en los proyectos en marcha.
A pesar de la trascendencia de las grandes inversiones inmobiliarias en las zonas más codiciadas de Madrid, García Azpíroz insiste: «Nos consideramos pescaderos, queremos seguir siéndolo. Tenemos una parte financiera que invierte en inmobiliario, pero nuestra esencia es la hostelería y la pescadería».
Siempre con sello leonés. Ahora ultiman la apertura de una cafetería Llhardy en el hotel Wellington de la capital. «Compramos Llhardy porque era el lugar donde nuestro padre padre (el leonés Evaristo García) repartía pescado a los 9 años con la cesta al hombro. Nos lo contaba cuando éramos pequeños, si no, no nos hubiéramos planteado ese proyecto. Y lo hacemos además ahora en el Wellington, de familia con antecedentes leoneses y donde siempre se celebraba el cocido maragato. Esa parte emocional es muy importante en nuestras decisiones».
Ahora el desembarco empresarial en León les ilusiona. «Es de largo plazo, sin prisa. Queremos hacerlo para crear valor con ellos».