El cementerio de León resucita las visitas guiadas a tumbas con historia

El cadáver exquisito de la historia de León describe un capítulo más este octubre en el cementerio de Puente Castro. Allí, en este prólogo del mes de noviembre al que abren la puerta los difuntos, se asoma la ciudad por sexta edición para conocer un poco más de las referencias de su pasado a partir de las vidas de los que descansan en el camposanto. Quiénes fueron, cómo cambiaron la capital leonesa con sus acciones, dónde se puede encontrar su huella más allá de las tumbas en las que hoy aún se les puede rendir homenaje...

El manual de historia viva de León, organizado por Serfunle, escenificó este miércoles el primero de los cinco días de las rutas teatralizadas por el cementerio, con cinco pases por jornada, a partir de la atardecida, y 25 personas por turno, previa reserva gratuita y ya agotada. El estreno guió a los asistentes por el itinerario descrito desde el suntuoso panteón de la condesa de Sagasta hasta el sobrecogedor homenaje del monumento a la memoria histórica en el que se rescata el testimonio de las víctimas de la Guerra Civil. El camino entre ambos se jalonó con el paso por la vida de otros personajes que han tenido menos foco mediático, pero cuya trascendencia social merecía un alto. A ese merecimiento se apuntaron el cirujano y primer presidente del Colegio de Médicos de León, Emilio Hurtado Merino, y su hijo, Emilio Hurtado Llamas, relevante en el devenir leonés no sólo por continuar con el testigo profesional de su progenitor, sino también como presidente de la Caja y promotor de la consecución de la Universidad de León diferenciada de Oviedo. Junto a sus nombres apareció Jacinto Barrio Aller, honrado en su Puente Castro natal como creador de la fábrica de gaseosas La Cantarina, y Pepe Gracia, cuya cámara firmó las imágenes históricas de León en los periódicos La Mañana o La Democracia. En medio aparecieron además Olga Cobo, primera presidenta del Colegio de Trabajo Social y cofundadora de la Asociación Leonesa de Alcohólicos Rehabilitados, Justina González, primera estudiante de Veterinaria que simultaneó los estudios con los de Medicina, y Julia Morros Sardá, inspectora de educación.