Los colegios se enfrentan a otro invierno problemático por falta de mantenimiento

La borrasca Kirk ya ha dejado en León las primeras lluvias y los colegios leoneses se preparan para otro invierno pendientes de cómo les afectará el mal tiempo. Como principales carencias y en la primera línea del listado de intervenciones que precisan los centros educativos, según concreta la presidenta de la Felampa, Diana González Pellitero, están las ventanas antiguas, algunas incluso de madera, y los baños anticuados, a lo que suman el mal estado del asfaltado de los patios, por lo que la portavoz de las ampas insiste en reclamar al Ayuntamiento de León que ejecute el correspondiente mantenimiento de las instalaciones educativas, «porque si no se llevan a cabo estas acciones, al final la obra es mayor».

Tras la polémica del curso pasado en el edificio de Infantil del colegio de La Palomera, con goteras en el tejado, plagas de hormigas y baños en mal estado, entre otras cuestiones, finalmente fue la Junta la que asumió la reforma. Todo ello tras las manifestaciones de los padres y la renuncia del Ayuntamiento que se desentendió de la intervención, pese a que todos concretaban que el edificio había llegado a esa situación por falta de mantenimiento. La difícil línea que divide las competencias entre la Consejería de Educación y el Ayuntamiento de León quedó más patente que nunca. Supuestamente, la consejería debe asumir las obras, mientras que las administraciones locales, el mantenimiento; un reparto que parece claro en otras ciudades pero que en León genera problemas. Eso sí, la Junta avanzó que pasaría la factura de la obra al Ayuntamiento, una vez esté finalizada.

Las obras en La Palomera, pendientes de finalización, se suman a las realizadas también por la Consejería de Educación en el colegio San Claudio donde las goteras obligaron a los niños a ir con paraguas a clase hace dos cursos. Sin el presupuesto de La Palomera, la última inversión de la Junta en los colegios de León supera los 610.000 euros, repartidas en las sustituciones de cubiertas de San Claudio y del Ponce de León. De momento, la portavoz de la Felampa señala que el Ayuntamiento ha acudido ya este curso al Quevedo, que el año pasado también sumó problemas de goteras como consecuencia de la acumulación de hojas en los canalones. «El Ayuntamiento está limpiando, pero le han tenido que llamar desde el colegio. Si cuando le llaman va, está bien, pero lo correcto sería que fuera por iniciativa propia», explica Diana González Pellitero.

El González de Lama fue otro de los centros que dejó patente la historia que acumulan sus instalaciones. Una avería en la caldera obligó a trasladar a todo el centro al vecino de La Granja, donde los estudiantes de los dos colegios convivieron durante dos meses. Los colegios leoneses se construyeron fundamentalmente en la década de los años 80, coincidiendo con el boom de la natalidad, y tienen una media de 52 años. Cuatro décadas después, los centros suman miles de alumnos en sus aulas, pero también muchos desperfectos como consecuencia del paso del tiempo que quedan patentes en desconchones, mal estado de los sistemas de calefacción, grietas, problemas con la electricidad, y, en las cubiertas. «Hay baños de Infantil que son de los años 60 y no se han tocado y como no se ha hecho el mantenimiento correspondiente están muy deteriorados, entre ellos los del Quevedo», recuerda Diana González Pellitero, quien señala que a través de las asociaciones de madres y padres de los diferentes colegios van a realizar un listado de desperfectos en los centros educativos. «Son colegios muy viejos y la mayoría necesitan una intervención porque no se ha invertido», precisa la portavoz de la Felampa.

Es el verano cuando las administraciones educativas aprovechan el periodo de vacaciones escolares para llevar a cabo actuaciones en los centros. La Consejería de Educación apuntó al principio de curso que en toda la provincia había ejecutado 65 obras de mejora, reforma y sustitución (RMS) en los escuelas, colegios e institutos de la provincia aprovechando el cese de la actividad lectiva con un presupuesto de 3.321.096 euros.

Cuando surgió la polémica de La Palomera, el alcalde de León, José Antonio Diez, remarcó que el Ayuntamiento tenía previsto invertir en los centros educativos durante el pasado curso tiene más de 650.000 euros.

Durante una de las concentraciones promovidas por el Ampa de La Palomera después de que se cayera el techo de una de las aulas de Infantil por las filtraciones de agua, desde la Junta de Personal Docente de León, que representa a los profesores y maestros de la red pública, se concretó que los 17 colegios ubicados en la capital leonesa se encuentran en una situación «deplorable». El que no tiene goteras necesita cambiar las ventanas y el que no tiene el patio lleno de socavones, señalaron entonces. La Palomera fue la última gota, la que colmó el vaso, y engordó la mecha de la polémica entre la Consejería de Educación y el Ayuntamiento de León. Finalmente, la Junta asumió la obra.