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Ser mujer rural según cinco leonesas

Una médica, una escritora, dos ganaderas y una psicóloga cuentan por qué eligieron el pueblo, cómo viven y qué necesidades ven para las mujeres rurales del siglo XXI

Eva Moratinos, médica jubilada.DL

León

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La mujer del medio rural no es un modelo único. Los avances en igualdad, la conexión digital y la mayor implicación en la economía social y el emprendimiento ofrecen un abanico múltiple de situaciones que van desde las que trabajan en el sector primario, a las que sostienen los cuidados formales de una población cada vez más envejecida y las jóvenes y no tan jóvenes que empujan el creciente sector agroalimentario con productos de calidad e innovación. Pero también las profesionales, intelectuales y creadoras han encontrado en los pueblos un mejor lugar para vivir, más conectadas a la naturaleza, en pequeñas comunidades o en la soledad elegida.

EVA MORATINOS

MÉDICA JUBILADA

«Los pueblos son el sitio ideal para proyectos de cuidado comunitarios»

Eva Moratinos se acaba de jubilar después de 43 años como médica rural. Natural de La Bañeza, donde reside, ha trabajado en pueblos de la comarca y anteriormente en el entorno de Oviedo. «Siempre he estado por los pueblos. Toda mi vida ha sido rural», afirma. La consulta durante más de cuatro décadas le ha dado una excelente radiografía de la sociedad.

Eligió los pueblos porque «quería entender el contexto en el que se desarrolla la vida y la convivencia era muy importante. En el pueblo estás en el despacho y estás en las casas». Nunca ha dejado de estudiar y ha combinado su trabajo en la sanidad pública con una consulta privada en la que ha aplicado la homeopatía. «Entiendo la medicina como algo holístico», comenta.

«La Atención Primaria ha cambiado mucho en este tiempo, pero la pandemia lo cambió todo. Ahora parece que somos intocables», dice con cierta tristeza. Hasta que llegó el covid, las citas de los pacientes en los pueblos «se autorregulaban». «La gente iba libremente a las consultas». Desde que se instauró la cita previa como algo inamovible, todo se ha burocratizado mucho y se retrasa. Un paciente de La Bañeza no puede estar una semana para ver a su médico», recalca. Esta situación afecta mucho a profesionales y pacientes.

El dolor es el síntoma que más veía en las mujeres. Dolores musculares, articulares, sobrecargas, pero también ansiedad y depresiones. «A las mujeres no nos da tiempo a todo lo que tenemos que hacer. He visto a muchas que han truncado sus vidas por dedicarse a los cuidados», señala. No hay tratamientos ni antidepresivos que puedan solucionar algunos problemas. A la vez, enviar a residencias a las personas mayores «es un drama».

Eva Moratinos ve en los pueblos el lugar natural para el co-housing, los cuidados en un entorno elegido por las personas. «No es tan importante la vivienda como con quién decides vivir y las administraciones tienen aquí una gran oportunidad para poner los medios y que las personas estén atendidas».

Esta médica ha visto y vive las fortalezas de las mujeres rurales. «Hacemos que funcionen las cosas y tenemos cuerda para rato», subraya. Pero también ha palpado la soledad de las mujeres y la resignación en la consulta: «Es que me ha tocado». Y escapar de ella en un pueblo se hace difícil.

La soledad de las médicas en el trabajo también le preocupa. «Vivimos con un capital emocional que a veces se desgasta y hay que reponer cada día. Porque te vas a casa con mucha carga». Eva Moratinos es una de las protagonistas de Robinsonas de tierra adentro , de Gema Villa, que se presenta el próximo 25 de octubre en León.

Violeta Serrano, escritora.DL

VIOLETA SERRANO

ESCRITORA

«Lo loco no es vivir en un pueblo, sino pagar precios abusivos en ciudades hostiles»

Violeta Serrano escribió Flores en la basura en Argentina y ha publicado su primera novela Hijas de Nadie totalmente integrada en La Maragatería. «Vivir y crear desde la Maragatería es un privilegio», asegura la escritora Violeta Serrano, que tras un periplo por el mundo, entre Barcelona y Argentina, decidió volver a la tierra natal. «Un lugar mágico» que le permite «el contacto directo con la tierra, con sus ciclos, me ayuda a tener presente algo fundamental: que todo fluye, que nada es para siempre, ni lo bueno y ni lo malo y que, para que las cosas sucedan, hay que sembrar, regar, cuidar y tener mucha paciencia, así como cultivar el asombro».

Este paralelismo simbólico y la idea de la soberanía alimentaria le empujaron a crear un huerto propio, duro de trabajar y que a la vez puede contemplar plácidamente desde la casa llena de ventanales que se construyó. «Ver amanecer, atardecer y todo el recorrido del sol y la luna y, por supuesto, las constelaciones de noche, me ha cambiado absolutamente. Creo que a mejor», explica.

El contacto con la naturaleza es una receta «fundamental» para ella como escritora y que recomienda a cualquier ser humano. «Nos hace más productivos», defiende. Frente a la «lógica de la inmediatez inhumana» en la que se desenvuelve la vida actual con estrés y ansiedad porque «cada vez trabajamos más», plantea un desafío: «¿No sería lógico pensar que cada vez deberíamos también tener más fuentes de oxígeno para nuestro cerebro?».

Como no ve voluntad política para explorar las ventajas que ofrecen los pueblos —en España están «bien conectados»— ha decidido a dar el paso por su cuenta. De la ficción de una novela aún sin publicar nace su nuevo proyecto.

Violeta Serrano acaba de lanzar Escuela Savia. Naturaleza, escritura y lectura se dan la mano en este proyecto que tratará de «ayudar a las personas a reconectar con lo que nos hace bien: la pausa, el cuidado de nosotras mismas y de la naturaleza que nos ofrece, en realidad, todo lo que necesitamos para una vida plena». Por ahora se puede seguir en: https://substack.com/@escuelasavia o en el Instagram @escuelasavia.

«La savia es la sangre de las plantas, y tenemos que revivir en contacto con ellas para hacernos, nosotras también, sabias de nuevo», señala esta escritora consciente de que «muchas veces me miran como si estuviera loca por haber decido hacer mi casa en un pueblo de menos de 100 habitantes, con huerto, jardín y paz, sobre todo teniendo una ‘carrera exitosa’».

Pero lo loco, subraya, «es pagar precios abusivos en entornos hostiles como hoy son, y cada vez más lo serán, las grandes ciudades. Por eso a mí me parece que deberíamos redefinir el concepto de éxito, porque nos está matando. Así que cada día estoy más segura de que la equivocada no soy yo y ojalá muchas me sigan».

Raquel Fernández González, apicultora.ángelopez

RAQUEL FERNÁNDEZ

APICULTORA

«Dejé el telemarketing para compartir la explotación con mi marido en Omaña»

La titularidad compartida ha cambiado la vida de 208 mujeres leonesas. La provincia alcanza con esta cifra el mayor número de explotaciones igualitarias en derechos. Raquel Fernández González es una de las últimas en incorporarse a esta modalidad empresarial del sector primario junto a su marido, NachoRodríguez, que suma la tercera generación en el arte y oficio de la apicultura.

A sus 40 años, esta muje decidió dar un cambio en su vida. Dejó su trabajo en el sector del telemarketing para dedicarse a la ganadería con abejas en la explotación Los Izanes. Y cambió la oficina por las montañas en la Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna donde tienen las colmenas y la nave de envasado de Soto y Amío. «Estábamos ante el dilema de meter a alguien o incorporarme yo y decidí vivir de ello».

La titularidad compartida «nos da igualdad de condiciones a ambos miembros». La pareja ha puesto todos los huevos en la misma cesta, como dice ella, con el riesgo que implica un sector en el que los márgenes son pequeños y los trabajos muchos. En León «cada vez es más fuerte y hay más profesionales que se preocupan por formarse y aprender», subraya. La «ilusión por el futuro y la idea romántica» de la apicultura a veces choca con la realidad de la competencia desleal: «Nosotros solo envasamos nuestra producción y cuando se termina, se terminó. Por eso mi miel tiene un precio que no puede competir con las de China», recalca. «No serían desleales si fueran transparentes», dice sobre el uso de la miel de importación como autóctona.

La innovación y la diversificación dentro del mismo sector son dos de los puntos fuertes que aporta Raquel Fernández a la empresa. Los Izanes T.C., que ha ganado los premios a Mejor Imagen de Empresa y Mejor Tapa con mi Producto’ con Vidrieras de León, ofrece apadrinar colmenas como una forma de financiación alternativa y excursiones para visitar las colmenas, sobre todo en primavera y verano, con excepción de la época de la cata.

Aida Rodrigo, ganadera.Ángelopez

AÍDA RODRIGO

GANADERA

«No puede ser que los impuestos sean igual en la Gran Vía que en Murias»

Mientras la Diputación de León rinde homenaje a las mujeres rurales de la provincia en el acto oficial del Día Internacional en Villapadierna, con los premios a las lacianiegas Carmen Marentes e Isabel Gómez, en Madrid, en la Real Fábrica de Tapices, Aída Rodrigo y David García, Ganadería Omaña Cea T.C., recibirá el premio de Excelencia a la Innovación 2024 del Ministerio de Agricultura.

Con los 18.000 euros del premio del Ministerio de Agricultura ampliarán la sala de despiece que abrieron hace un año en Murias de Paredes. «Es un reconocimiento que ayuda a seguir adelante», admite. Para Aída Rodrigo su gran éxito empezó hace años cuando superó que la idea de que triunfar era salir del pueblo. Dejó atrás su carrera de abogada y política y regresó a León hace más de una década. Desde entonces ha pilotado varios proyectos.

«Parece una ironía que habiendo vivido la legislación de la titularidad compartida cuando trabajé en el Congreso en la época de Zapatero, ahora sea yo parte de una titularidad compartida», comenta. «La titularidad compartida ha puesto a la mujer en su sitio y le da capacidad de mando», añade. De la hostelería a la ganadería, ha encontrado en las redes sociales una fortaleza para Tu ternera en casa.

Pero son muchos los puntos flacos. «Las administraciones tienen que mirar más a lo que pasa en los pueblos para hacer políticas reales», recalca. Políticas que pueden variar según territorios y tamaño de los pueblos. La primera, «una fiscalidad diferente. No puede ser que los impuestos sean igual en la Gran Vía que en Murias de Paredes». Son «políticas adaptadas» y «no milagros» las que «te permiten arraigarte y desarrollarte». El control poblacional del lobo, la admisibilidad de pastos, son otras de las reivindicaciones que dejará caer sobre los tapices reales del poder.

Desde Murias de Paredes, han revolucionado el mundo de la ganadería. La pareja detenta a partes iguales una explotación de vacas parda de montaña y juntos han podido crear un ciclo de economía circular desde este pequeño pueblo de Omaña.

Despiezan la carne, que venden a cualquier parte de España vía online, y ofrecen productos transformados de otros ganaderos. Además, han introducido la «cocina de quinta gama». En la Feria de los Productos de León han triunfado con el premio al Mejor Producto Perecedero de Corta Duración el caldo de huesos de ternera de ganadería extensiva.

Marga Camba Fontevedra, psicóloga.DL

MARGA CAMBA FONTEVEDRA

PSICÓLOGA Y ACTIVISTA AMBIENTAL

«Hago terapias a domicilio porque el noroeste precisa servicios de proximidad»

Ocho de cada diez emprendedoras ofrece servicios o productos que no existen en su entorno. La psicóloga Marga Camba Fontevedra (Psicología Vital) es una de ellas. Hace siete años se fue a vivir al pueblo de sus raíces maternas, Pereje, en Trabadelo. Una idea de la que fue desalentada en casa, pero desde el primer día supo que era la acertada. Lloraba de emoción el primer día que dejó las cosas en la casa familiar. «Tenía muchas ganas de estar en contacto con la naturaleza y dejar a mis animales sueltos y un poco de huerta». Para este sueño hizo un curso de agricultura ecológica y para ganarse la vida, tras dejar atrás una carrera profesional en el mundo asociativo, aprovechó el aprendizaje de un Máster en Orientación para el Empleo. «Había propuesto proyectos para el entorno y servicios de proximidad para cubrir las carencias del medio rural», explica.

Con su furgoneta, al principio, y ahora con su coche ofrece terapias a domicilio y a veces, las menos, online. «Gran parte de la gente donde mejor se desenvuelve es en su casa», subraya. «Los servicios de proximidad son necesarios en todos los ámbitos en el noroeste y cuando lo pensé miré y no había nadie que ofreciera terapias a domicilio por aquí. Lo vi en Madrid».

El contacto físico es importante en su manera de concebir el trabajo de curación con las personas, sobre todo para tratar los problemas más comunes como son la ansiedad, los miedos y las depresiones. El Bierzo y Valdeorras son su campo de trabajo.

Marga Camba pasea por el monte con sus gatos una hora al día y tiene otra pasión que le lleva mucho tiempo. El activismo ambiental por salud. «Por mi trabajo hago bastante vida social y eso me permite tener más implicación en Bierzo Aire Limpio». Han logrado parar macroproyectos eólicos en el Ministerio, pero asumen que los solares han pasado el filtro de la Junta y ahora están en la batalla de los residuos. El triturado de palas eólicas es una de sus preocupaciones. Es otra de las robinsonas de Gema Villa.

El mundo rural es duro, admite, en cierto modo «me he embrutecido». La mentalidad patriarcal ha forjado a unas mujeres duras y resilientes, y no solo las que viven todo el año, —muchas jubiladas que están llenas de actividad— sino las que visitan esporádicamente el pueblo y son capaces de cultivar una huerta, limpiar el monte y hasta sacar troncos del río. En el medio rural se aprende a ser autosuficiente, pero también hay que aprender a «pedir ayuda» aunque no siempre es fácil conseguirla. No sabe si su futuro está en Pereje, pero «no me veo viviendo sin bosque».