El Inta arregla el acceso al polvorín de Cuadros para asegurar el uso de explosivos
El proyecto busca garantizar mayores capacidades y mejoras funcionales «para los trabajos actuales y de futuro»
El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, el Inta, impulsa para su centro de investigación en Cuadros la mejora del único acceso a las instalaciones desde la carretera de Lorenzana a La Robla. El Centro de Ensayos Ambientales Especiales del Inta, que en sus orígenes fue un polvorín del Ejército de Tierra, ha despegado con proyectos vinculados al hidrógeno y está pensado específicamente para la realización de ensayos ambientales y de armamento o explosivos, por lo que la carretera exige estar en unas condiciones óptimas, frente a la situación en la que se encuentra actualmente, «en un estado lamentable, con numerosos baches y sin señalización horizontal».
La estrechez del trazado también dificulta el paso de vehículos pesados que transportan todo lo necesario para investigar o desarrollar nuevas propuestas, además de que en muchas ocasiones se llevan a cabo en sus instalaciones «proyectos clasificados». El acceso se encuentra «en mal estado» y además de los baches, «hay una curva estrecha justo antes del puente que salva las vías del tren, de forma que un camión de gran longitud no tiene radio de giro suficiente». Los quitamiedos restan más aún el margen de maniobra cuando para los ensayos ambientales que se llevan actualmente a cabo en cámaras climáticas requieren el uso de nitrógeno líquido, que se transporta en camiones cisterna, como se especifica en la memoria para mejorar el acceso al centro del Inta en León.
Las necesidades de los vehículos pesados, junto con el resto de los utilitarios, exige la mejora del trazado, que se reformará de forma integral. La actuación permitirá a su vez mejorar las necesidades de seguridad del personal y del tránsito de vehículos. «Además, el bacheado puede afectar al transporte de material y equipos de ensayos delicados por su naturaleza: equipos calibrados de precisión, explosivos, hidrógeno», recoge el documento, que incluye también otras acciones como la adecuación del aparcamiento de tierra en la zona de las oficinas y del acceso a la zona de destrucción del Inta, que es un organismo público de investigación que depende orgánicamente del Ministerio de Defensa.
En julio de 2023, el laboratorio de Cuadros obtuvo un certificado para ensayos mecánicos y climáticos con municiones, proyectiles, artificios pirotécnicos y explosivos (vivos e inertes), lo que deja patente todas las capacidades de las instalaciones dentro de esta línea de investigación, tanto civil como militar, y tanto nacional como internacional.
La solución propuesta para mejorar el acceso al antiguo polvorín militar «proporcionará mayores capacidades y mejoras funcionales» al Centro de Ensayos Ambientales Especiales, «necesarias para hacer frente a los trabajos actuales y futuros», por lo que desde el Inta se incide en la necesidad de mejorar el acceso, sobre todo ampliando el trazado de la vía así como mejorar las «capacidades portantes de la calzada, ya que en ocasiones el tráfico será de vehículos pesados».
El ramal de acceso al centro de investigación depende del Ayuntamiento de Cuadros, municipio en el que está asentado el centro de investigador, pero será el Inta el que asuma el importe de la mejora, que deberá tener en cuenta también la ampliación de la vía del tren que une León con Gijón —adaptación de las traviesas para la línea de la alta velocidad—, sobre todo por el puente que salva el trazado ferroviario antes de llegar a las oficinas que acogen el centro de control y el edificio central.
El importe que se baraja para la mejora del acceso no llega a los 175.000 euros, pero servirá para elevar el potencial del Centro de Ensayos Ambientales Especiales está ubicado en una zona de monte y cuenta con más de 155 hectáreas de terreno. La singularidad de estas instalaciones son los antiguos búnkeres militares que se han adaptado, aprovechando sus capacidades iniciales, para transformarlos en laboratorios con paredes de gran grosor, y ganar tres zonas de alto nivel de seguridad para llevar a cabo pruebas de choque térmico, vibración o altitud, en los que se pueden simular determinadas condiciones estratosféricas o térmicas.
A largo plazo
Calibrados y precisión
El Ejército de Tierra trasladó en 2011 el polvorín que tenía abierto en Cuadros a Valladolid. Durante más de tres años las instalaciones estuvieron sin uso, hasta que en 2014 el Ministerio de Defensa se las cedió al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, un organismo de investigación público, que precisamente depende del propio ministerio. Desde entonces, las instalaciones leonesa, con unas características muy concretas, se han convertido en un referente en la investigación ligada al hidrógeno como combustible o en proyectos vinculados a los explosivos, ante el potencial que ofrecen los búnkeres transformados en laboratorios. En su plantilla conviven tanto personal militar como civil, principalmente ingenieros. Es habitual que de forma discreta también se lleven a cabo proyectos clasificados, más allá de la discreción y el secretismo que exigen las empresas para evitar el espionaje industrial. De hecho, en León se realizó una de las investigaciones claves sobre el explosivo conocido como ‘la madre de Satán’, como el empleado por los yihadistas en los atentados de Barcelona, en el marco de la lucha antiterrorista.