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León gastará 4 M€ para el control de las 200 cámaras de vigilancia, fotorrojos y el radar

El nuevo contrato para cinco años englobará todo el ‘gran hermano’ de videovigilancia armado por el Ayuntamiento
Editorial: 'El 'gran hermano' municipal busca vigilante'

El semáforo de fotorrojo de Ramón y Cajal es uno de los cuatro repartidos por la ciudad y que entran en el contrato.Ramiro

León

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En los semáforos, en las entradas a la ciudad antigua, en los espacios monumentales, en los esquinazos de los edificios públicos como el conservatorio, en las señales de tráfico, en los báculos de los semáforos, en las torres del alumbrado de las grandes vías urbanas, en el radar fijo... Más de 200 cámaras en total: un sistema de control que necesita una plataforma de gestión desde la que regular la vigilancia y, sobre todo, cursar las multas preceptivas a los infractores que entren en un espacio donde no tengan permiso para circular, se salten un disco en rojo o superen la velocidad máxima permitida de la vía. Todo un gran hermano municipal cuyo nuevo contrato prepara el equipo de gobierno de José Antonio Diez para los próximos 5 años con una factura que rondará los 4 millones de euros, pero con un retorno en multas que lo hace rentable.

La nueva concesión dará continuidad al contrato que vence ahora en noviembre, después de que la multinacional Kapsch, que concentra todos los servicios municipales de multas y «disciplina del tráfico», agotara el máximo posible concedido: cuatro años más dos prórrogas anuales. En suma ha superado los 3,5 millones de euros, a razón de 588.210 euros por ejercicios, con incentivos por sanciones: 0,8741 euros por cada multa a mayores de las 600 mensuales en cada foto rojo y 2,5667 euros por cada boletín de sanción expedido con el aval del radar fijo que supere este mismo listón al mes.

El contrato dará soporte a este gran entramado de vigilancia que sustenta el Ayuntamiento de León de vigilancia: las 23 de cámaras repartidas por el Barrio Húmedo y el Romántico; las 14 que hay ubicadas en los puntos de mayor tránsito de vehículos, como Fernández Ladreda o el cruce de Álvaro López Núñez con Mariano Andrés; los 67 semáforos que regulan las intersecciones en el mapa de la ciudad; los cuatro semáforos de foto-rojo; el radar fijo; los 13 dispositivos de las puertas de entrada al casco histórico; y los 7 de las entradas a Ordoño II.

Pero junto a estos equipos, que ya formaban parte del servicio actual, se añadirán como enmiendas para el nuevo adjudicatario que resulte ganador del concurso público otras tres instalaciones adicionales: la media docena de cámaras nuevas para las nuevas peatonalizaciones de San Agustín, Alfonso V y Ramón y Cajal y Ramiro Valbuena; el centenar diseminadas dentro de la Zona de Bajas Emisiones, equipadas con lectura de matrículas por si se decide que empiecen a multar en caso de restringir la circulación por episodios de contaminación; y la veintena de dispositivos de inteligencia artificial, ligados al proyecto de smart city , que miden datos de manera constante como el número de personas que hay en esa calle o los vehículos que pasan en cada momento. Al margen queda el otro servicio ligado a las sanciones: las cámaras de lectura de matrículas, adjudicadas también a la multinacional Kapsch por 198.651,75 euros, que se incorporan a los coches de la Policías Local para que puedan multar en marcha a los coches y motos estacionados en doble fila, cargas y descargas, aceras o carriles bici, o que no cuenten con la ITV en vigor.

La incorporación de estos nuevos equipos se marca como la única novedad destacada en un contrato que continúa con el plan de una red de control que inauguró el propio Diez cuando era concejal de Movilidad y Seguridad. En 2009, el ahora alcalde estrenó el primero de los fotorrojo, en el cruce de la avenida Europa con la plaza de Santa Ana, que luego complementaría el PP en los siguientes mandatos con más equipos y retomaría el socialista ya hace cinco años. Ahora, el gran hermano municipal sigue en crecimiento.