Adif se inclina por alicatar túneles y descarta una variante en el Manzanal
El plan de futuro de 90 kilómetros de la León-Monforte se basa en arreglar el viejo trazado
Estación de tren de Brañuelas.
El estudio de viabilidad del ferrocarril entre León y Monforte pierde la emoción del resultado. Adif tiene previsto realizar ajustes en los túneles del trazado para amoldarlo a las condiciones que define el transporte de mercancías sobre el modelo de autopista ferroviaria; no traza nueva. Se trata de reajustar ya acondicionar los puntos críticos a esos volúmenes de carga. Este propósito, que recoge una información de La Voz de Galicia, termina con las expectativas creadas en torno a la modernización del ferrocarril al oeste de León, la última esperanza que le quedaba al territorio leonés para mantener un nivel mínimo de competitividad en la estructura después de que los diversos planes ejecutados en los últimos años, algunos aún en fase de desarrollo, hayan acabado con la posición privilegiada del nodo ferroviario leonés en el tráfico que afectaba al noroeste. Ya hay una corriente en el colectivo de ferroviarios leoneses que se han posicionado en contra de mantener la actual estructura de vía al oeste de Astorga, con voces y criterios autorizados en defensa de la necesidad de extender una variante que evite los retos insalvables técnicos y geográficos del sistema de lazo entre Brañuelas y Torre de Bierzo y La Granja.
Adif no debe estar por esa labor, según se desprende se su intención de calibrar las dificultades en túneles en ese trecho, con el fin de que la vía admita el paso de esos trenes con camiones, sin los corsés de la circulación en puentes, pasos inferiores, túneles andenes y entre ejes», según recoge la información de La Voz.
Adif no contempla otro término que el de reforma integral de los casi 90 kilómetros de vía de este enlace León-Monforte, que quiere enfatiza con retazos de propaganda como especializada en mercancías. Este matiz también contribuye a entender el declive que padece el servicio de viajeros, limitado a una única conexión de larga distancia, y cada vez más acometida por la presión de la alta velocidad desde que el ferrocarril León-Monforte dejó de ser vía de entrada preferente para las comunicaciones de Galicia por tren.
No hay traza nueva en el horizonte, que era la fórmula preferida por los defensores de revitalizar la vieja conexión entre León y las capitales gallegas; en su lugar, se aporta una hoja de ruta repleta de menciones a las reformas de los interiores de los túneles, las bóvedas, los hastiales, y estudios para determina cómo agrandar los gálibos hasta que el papel de las autopistas ferroviarias encaje con la práctica de las circulaciones de los convoyes.
El último calendario del plan conectar Europa definirá el tramo entre León y Vigo como una vía de integrada en la red básica en el año 2030.
El Gobierno de España decidió ralentizar las actuaciones en torno a la vía oeste de la provincia mediante un estudio de viabilidad de la vía. La medida causó cierto desencanto en los colectivos ferroviarios, algunos agentes sociales de la provincia, y formaciones políticas, por entender que el plazo de dos años para desenvolver este trámite no se correspondía con la urgencia que precisa actuar sobre el enlace León-Monforte.
Adif ya da por hecho que entre la docena de galerías que ampara la circulación en el trecho de León y el lazo del Manzanal habrá de acometer un vaciado completo de las estructuras, para su renovación.
Aunque el soporte del viejo trazado hace dudar a las voces críticas con la idea; sobre si será suficiente para ganar tiempos competitivos en los movimientos del tren al oeste de León. Otro golpe, tras el desvío del acceso del AVE gallego por Zamora.