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Montserrat Jiménez, catedrática en Geología: "La parte de la montaña del Huerna que no se ha derrumbado está apoyada ahora sobre lo que ha caído"

Una máquina circula por un hueco abierto en la AP-66 donde se produjo un derrumbe este domingo. DL

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León

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La situación de la autopista del Huerna genera una gran incertidumbre en torno a cómo se abordará la limpieza y refuerzo de la zona afectada por el argayo o desprendimiento de la ladera en la AP-66. 

La catedrática del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo Montserrat Jiménez ha alertado este lunes de que los trabajos en la autopista León-Asturias  -tras el argayo de grandes dimensiones que ayer la cortó totalmente- pueden prolongarse hasta un año. "Eliminar rápidamente el material crearía un posible desequilibrio", ha advertido.

En unas declaraciones a Europa Press, la experta en Geodinámica ha indicado que, tras el desprendimiento de tierra, lo primero que se ha de hacer es crear un equipo multidisciplinar con ingenieros, geólogos y profesionales que permitan abordar el tema desde distintas perspectivas.

"Lo lógico es hacer este bypass, la primera vía de comunicación, pero no liberar inmediatamente el material porque ahora mismo es la sujeción de la ladera que no se ha desestabilizado", ha explicado, remarcando que la parte de la montaña que no se ha derrumbado está apoyada ahora en la que sí ha caído sobre los cuatro carriles de la AP-66.

Posteriormente, ha razonado, habrá que ver el estado de la roca y, en función de ello, se tendrán que tomar las medidas oportunas para estabilizar la ladera y continuar con los trabajos.

Una zona compleja

La experta universitaria ha explicado que el desprendimiento se ha producido en una zona "ya compleja de por sí", debido a las rocas que componen la montaña. Al estar formada por rocas areniscas y pizarras, rocas "débiles en general", la ladera tuvo que ser estabilizada cuando se construyó la autopista.

A lo largo del tiempo, ha añadido, esta ladera fue acumulando "una serie de esfuerzos" que hacen que se vaya debilitando "cada vez más". Aunque el desprendimiento no se ha producido tras un periodo de lluvias y precipitaciones, el derrumbe se ha podido deber al estado de humedad de las rocas. "Pudo ser un caso de fatiga de las rocas y acumulación de esfuerzo a lo largo del tiempo", ha explicado.

Para entender mejor lo que ha ocurrido, Jiménez ha abogado por hacer estudios no solo en la zona de la autopista, sino en toda la ladera, desde la parte más alta hasta el río Huerna.

La catedrática ha explicado que el área de Geología de la Universidad tiene una base de datos en la que han registrado más de 3.000 puntos de inestabilidad de laderas en Asturias, aunque ha precisado que normalmente se trata de argayos de pequeñas dimensiones, y no siempre afectan a vías de comunicación.