La terminal de mercancías que barre a León del mapa
El emporio de Valladolid que anuló a Torneros prepara la conexión a la red de ferrocarril
A corto plazo, los leoneses se van a enterar de la presencia de la nueva terminal de mercancías de Valladolid porque está previsto un corte de circulación que afecta a la conexión con Príncipe Pío, y que obligará a sistemas alternativos de transporte; hay cuatro o cinco jornadas de corte permanente, con motivo del encaje y enlace de la nueva vía a este emporio ferroviario que se convertirá en el segundo en magnitud de España, después de Zaragoza. A medio y largo plazo, los leoneses lo van a notar porque en el centro de Castilla se levanta todo lo que había soñado León con el ferrocarril, en los sueños felices con Torneros.
Los leoneses se van a terminar por enterar porque el ajuste culminará el barrido del mapa de la posición geográfica central que distinguía hasta ahora al territorio leonés en la fluidez de tráficos ferroviarios con el norte y el noroeste, cuadrante periférico en el todo lo que circulaba en ese sentido tenía que apoyarse en el despliegue del ferrocarril en León. Ya no. León se va a enterar de la centralidad del centro ferroviario de la capital castellana porque a los usuarios del transporte de viajeros convencional les afectará a partir del día 12 de diciembre en los trayectos de ida y vuelta con la capital de España, con cortes y transbordos programados, a cuenta de una intervención que supone conectar la nueva plataforma, competente plataforma, puntera plataforma, con la red de ferrocarril. En el aviso aparece un repertorio de hasta doce cuestiones técnicas que implica el enchufe del este enclave a la red de ancho ibérico. Aparte de los cortes completos de circulación, seguirán las afecciones por espacio de dos semanas, con motivo de ajustes que terminarán por afectar de una u otra forma a los tráficos regulares. La variante este y la terminal de mercancías de Valladolid se contrapone como espejo de la expectativa que tenía León con el complejo ferroviario de Torneros y que jamás llegó a disponer de engranajes ni administrativos ni presupuestarios para llevarse a cabo. En el que no se va a realizar en León se invierten más de sesenta (60) millones de euros, que en un plazo inmediato (menos de dos años) va a dar una centralidad absoluta en Valladolid a los tráficos de mercancías, mientras libera a la capital castellana de la presión de la circulación de trenes mercantes por las vías que atraviesas esa urbe. Además de los trenes de carga en esa nueva terminal, el nodo dará cabida a los servicios del centro tecnológico de vía y de la empresa y factoría de la fabricación y mantenimiento de equipos para el sector ferroviario. Todo el mantenimiento ferroviario y la logística, con la fórmula que se había diseñado para Torneros hace casi veinte años, pero a 150 kilómetros al sur de Torneros. El mimo organismo promotor de la obra se felicita por la iniciativa que «convertirá a Valladolid en nodo de transporte de mercancías en tren y tecnología e innovación ferroviaria», acompasado por la rima de la posición geográfica de la ciudad castellana y su provincia, canalizadores del tráfico de trenes del norte de España. Cuando está completado, será el más grande de España, detrás del que se localiza en la capital aragonesa. Dispondrá de siete vías de más de 750 metros, carga y descarga de contenedores; y en paralelo, una playa de vías y una variante. La exposición de Adif deja sin argumentos a los políticos leoneses que defendieron esta apuesta como compatible con la que se ha descartado en León. El día 12, los usuarios leoneses del tren a Pío podrán comprobar que no era una broma.