Diario de León

La conexión a la red ferroviaria es imprescindible para un museo vivo del ferrocarril en León

La Mikado busca techo. Esta máquina de vapor, que funciona con fuel, es un bien de interés cultural, al igual que la «inglesa» que hasta hace pocos años arrastraba mercancías y expresos de viajeros por los caminos de hierro. La Asociación Leone

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LEÓN. Ana Gaitero Redacción El mimo y la paciencia de los jubilados de Renfe, la disponibilidad de un espacio y de las herramientas necesarias en los talleres de la compañía y mucha dosis de romanticismo pusieron en marcha la locomotora más emblemática del futuro museo ferroviario de León. Entró en la ciudad, arrastrada por una máquina, un 26 de febrero de 1994. Provenía de Monforte de Lemos, donde sólo se acordaron de ella cuando los leoneses la reclamaron para su proyecto de museo. La Mikado 141/f es una de las últimas máquinas de vapor que circuló por el tendido ferroviario español. Sus 23 metros largos de longitud, cada una de las piezas restauradas y repuestas por la familia ferroviaria en León forman ya parte del patrimonio cultural de la comunidad autónoma. La Junta declaró Bien de Interés Cultural a la Mikado y también a la locomotora eléctrica English Electric 7766 en lo que supuso el primer paso para preservar el pasado del ferrocarril en la provincia de León. Quiso la fortuna, la decisión política y el dinero que Ponferrada abriera las puertas de su museo en mayo de 1999, en vísperas de las últimas elecciones locales, mucho antes de lo que se hará en León. Pero la capital ya tiene el ansiado proyecto para soterrar el ferrocarril e incluso un techo para el museo: la marquesina de la estación de viajeros, que a su vez se convertirá en centro comercial. El lugar, sobre la plataforma que cubrirá la vía a la altura de la actual pasarela peatonal entre Gómez de Salazar y la calle Astorga. «Ponferrada tiene más material relacionado con la vía estrecha porque lógicamente el museo está vinculado al ferrocarril Ponferrada-Villablino», indica Eduardo Tocino, vicesecretario de Alaf. La empresa minera cedió la propiedad de las piezas museísticas a la Junta de Castilla y León y la asociación ponferradina clama desde hace varios años por la puesta en marcha del tren turístico que haría el recorrido del hullero de la mano del río Sil. Su última adquisición, una locomotora construida en Bélgica en 1922, que hará la número siete entre las restauradas por el museo berciano, la primera de vía ancha, también cedida por la Minero. Es el único museo del ferrocarril que existe en la comunidad de Castilla y León a pesar de que es una de las que posee más locomotoras en todo el país, gracias a la prolongada vida de los ferrocarriles mineros. La vía estrecha dejó también como herencia en León los restos del tren burra, que circuló hasta 1969 entre Medina de Rioseco y Palanquinos. Su arquitectura perece abandonada y la vía verde está fuera de los circuitos que organiza la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Los proyectos de museos ferroviarios salpican la geografía provincial. En febrero del 2002, la compañía de los ferrocarriles de vía estrecha cede al Ayuntamiento de Cistierna los terrenos de la vieja estación para un proyecto turístico valorado en 300.000 euros que incluye museo del ferrocarril y explotación de un tren turístico. La iniciativa coincidía con el último tramo de obras que Feve emprendió con el propósito de reabrir la línea hasta Bilbao este año. En La Vecilla también se aspira a contar con un museo como recurso complementario a la oferta turística verde del municipio montañés. Fuera de León, Valladolid también lucha por la restauración de un antiguo edificio para crear su museo. La Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril, creada en 1991, persigue la creación del museo desde hace más de diez años pero, como el paso a nivel, ha tenido que esperar tiempos propicios. El anteproyecto de la integración del ferrocarril en León, que salió a información pública en 27 de diciembre del 2001, no contemplaba un lugar concreto para la instalación del museo que, según el convenio entre Renfe, el Ayuntamiento de León, el Ministerio de Fomento y la Junta de Castilla y León tiene que estar conectado a la red viaria. «El numeroso material ferroviario histórico existente, en estado de funcionamiento, quedará sin techo con la eliminación de los talleres de material motor ubicados en La Sal», advertía la alegación. La solución provisional está sin negociar, pero a la asociación le preocupa más que el futuro museo cuente con las necesarias características técnicas para «albergar la que es una de las mejores flotas de locomotoras y vagones de toda España». Su futura sede deberá tener, sólo para las máquinas y coches que posee actualmente, 400 metros útiles de longitud de vía. En las instalaciones del museo o en otras naves se necesitarán, como elementos indispensables, una grúa de 50 toneladas, y un taller que disponga de torno, gatos de levantar locomotoras, prensa hidráulica, serradora y cepilladora. Renfe trabaja ya en los proyectos para trasladar los talleres de material motor (La Sal) y de material remolcado (Gómez de Salazar) al triángulo de la estación de contenedores, en el límite de Trobajo del Cerecedo con Onzonilla, y a la estación de clasificación. Una vez que los talleres de material motor, inaugurados en 1973, cierren en el barrio de La Sal «necesitamos un techo para la Mikado y la inglesa». El patrimonio histórico cedido a la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril lo integran también los coches de viajeros serie 6000 (cinco coches), el electrotren serie 432-012 (tres coches), el coche de viajeros A-10X número 12.139, el coche serie 8000-1005, el coche taller 1008, el vagón furgón J304.137, el vagón mercancías JJ2-000.096 y el tractor de maniobras diesel 11.361. Los talleres de material remolcado son la casa provisional de estas piezas destinadas a enriquecer el futuro museo del ferrocarril en León. Las dimensiones de las máquinas, vagones y coches de viajeros hacen necesario, como mínimo, 400 metros útiles de vía. «El museo responde a la importancia que ha tenido el ferrocarril en León -subraya Cecilio Vallejo, concejal de Urbanismo- y también al reconocimiento de la labor y el trabajo que llevan a cabo los amigos del ferrocarril con la recuperación del material histórico». Respecto a la solución técnica para conectar el museo a la red ferroviaria, el concejal señala que el museo puede tener una parte estática en la superficie y una parte viva conectada a la red ferroviaria mediante un ensanchamiento. Esta cuestión no aparece reflejada en el proyecto de integración del ferrocarril, que simplemente sitúa el museo sobre una de las plataformas que cubrirán la vía en el tramo paralelo a la avenida de Astorga. Según Vallejo, la ejecución del museo será paralela a las obras de la estación. La integración del tren se realizará entre el 2004 y el 2008. La asociación de amigos del ferrocarril de León tiene medio millar de socios en más de 20 provincias. Posee un amplio material documental y maquetas ferroviarias que guarda como puede en la casilla del antiguo paso a nivel de la línea a Asturias. Ni siquiera es una sede oficial porque Renfe nunca cedió el edificio que, previsiblemente, desaparecerá con la integración del ferrocarril. El modelismo es otra de las áreas para las que se pide atención en el proyecto del museo del ferrocarril. Una de las maquetas que poseen reproduce la estación de La Granja, que fue punto importantísimo para las mercancías y que hoy en día es prácticamente una estación fantasma en el recorrido de la línea Palencia-La Coruña. También han recopilado acciones emitidas para la financiación de las primeras líneas férreas y numerosas fotografías históricas sobre el ferrocarril.

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