AVELINO SUÁREZ VICEPRESIDENTE DEL CLUB ESPAÑOL DE LA MINERÍA
«Habrá pérdida de sensibilidad en la UE para los problemas carboneros»
Avelino Suárez es presidente del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, además de consultor y vicepresidente del Club Español de la Industria, Tecnología y Minería. Apues
-¿Cómo afecta la actual escalada del petróleo al carbón? -El Reglamento europeo de ayudas fija una reserva estratégica que garantice el suministro energético con recursos propios, que los países carboneros de la UE sean capaces del suministro necesario. A cuenta de cómo está la coyuntura internacional y de cómo está subiendo el precio del petróleo por la incertidumbre sobre una guerra en Irak, favorece al sector del carbón: hace cada vez más válido que el Reglamento contemple la reserva estratégica. -El desarrollo del Reglamento ha comenzado sin consenso entre Gobierno y sector. -Hace falta más diálogo. La reducción de la producción, a los que estamos en el sector, no nos gusta; pero está anunciada ya por unas cuantas minas, como Hunosa. En cuanto a las ayudas, al ser la pretensión es que no se reduzcan a nivel global sino mina a mina, no es de las mejores noticias: habrá que compensarlo, quien pueda, con las prejubilaciones. Obliga a que hagan un esfuerzo mayor. En el caso de León se ha hecho un esfuerzo muy importante, porque los costes están en 101 euros por tonelada; los del carbón español están en 140 y los del alemán en 160. Por tanto es el más barato del país. Y el esfuerzo que han hecho los empresarios en materia de rendimiento es tan importante como que en este momento rondan las 900 toneladas por hombre y año. A fin del 2005, una vez se reduzcan las 900.000 toneladas, la plantilla actual de 15.000 mineros se quedará en el entorno de 12.000 en toda España y el rendimiento habrá aumentado a 1.000 toneladas hombre/año. -Bruselas obliga a cambios muy profundos. -Al desaparecer el Tratado Ceca, desaparecieron sus servicios. Esto está preocupando mucho en el sector, porque en consecuencia las ayudas pasan a una unidad central de ayudas de la Dirección General de Transporte y Energía que dependen de la Comisaría de Competencia, y por lo tanto, a futuro, los criterios para percibirlas van a tener más carácter jurídico que técnico: va a haber una pérdida de sensibilidad en la Comisión Europea en cuanto a los problemas carboneros. -Europa dice que la reconversión va lenta. -No lo ha ido tanto como se dice. En el 2005 vamos a estar con 12.000 mineros y 12 millones de toneladas; no hace tantos años estábamos con más de 30.000 y 30 millones de toneladas. El carbón es necesario aguantarlo, no sólo por la reserva estratégica, sino porque el desarrollo alternativo de las cuencas va lento. Se han hecho cosas, con 7.000 empleos entre creados y comprometidos, algo más de dos mil en León. Pero, aunque nunca hubo un instrumento como el Plan del carbón para generar un nuevo tejido industrial, habría que destinar más dinero a los proyectos empresariales, aumentando la subvención a la creación de industria alternativa. -¿Cómo está la seguridad? -No estamos bien. España ha transpuesto la más moderna legislación comunitaria. Pero, puesta en marcha, los accidentes siguen aumentando; sobretodo los accidentes con baja, y en general los mortales. La formación es eminentemente teórica y hace falta que sea más práctica. Y que los ejecutivos de las empresas crean que la seguridad es tan gestionable como una cuenta de resultados o financiera, un departamento comercial o uno de recursos humanos. La seguridad es susceptible también de planificar objetivos anuales: exigir año a año a los responsables que los accidentes desciendan, igual que se exige que se venda más, que los costes disminuyan... Nuestra cultura en materia de seguridad adolece de una formación práctica y de entender y saber que es gestionable como cualquier otro departamento de toda empresa. Y curiosamente, en minería e industria los accidentes ha bajado, mientras han crecido en servicios y construcción. -La industria energética se va a ver muy afectada por las ecotasas sobre derechos de emisión. -Tendrá que volver a repensarse un poco, porque implica unos costes tremendos para las industrias. Una de las razones pro las que Estados Unidos no firmó el Protocolo de Kioto es esa: no es que no les interese preservar el Medio Ambiente, que les importa, es que no son capaces de abordar un compromiso de ese nivel por el coste que conlleva. Yo creo que habrá que darle una segunda vuelta al tema en Europa.