Ocho de cada diez personas que recurren al teléfono 900 123 654, de información sobre el alzhéimer, requieren además apoyo psicológico
Una llamada desesperada
Cuando comenzó a funcionar el teléfono del alzhéimer, sus responsables se lo plantearon como un servicio de in
La situación de los cuidadores, en continuas crisis, hace que no sea extraño, pues, que un 80% de las personas que llaman al teléfono 900 123 654 requieran atención y apoyo psicológico «aunque éste no sea el desencadenante principal de la llamada», explica el doctor Manuel Martínez, coordinador del servicio y director médico del hospital vallisoletano Benito Menni, del que partió la iniciativa del primer teléfono español de información y uno de los cinco europeos existentes hoy. Este centro, de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias, es una entidad sin ánimo de lucro especializada en salud mental y psicogeriatría. «Son llamadas largas, de treinta a cuarenta y cinco minutos de duración media y en ese tiempo se pone de manifiesto la raíz del problema que, en casi todos los casos, es soledad y necesidad de apoyos de todo tipo», agrega. El doctor precisa: «Nosotros tratamos de ayudar al cuidador principal (el comunicante primero) a pensar lógicamente en estados de crisis, del paciente o de él mismo». Los sentimientos encontrados de culpa y responsabilidad, la carga física y psicológica de un cuidador que ha de renunciar a su tiempo de ocio, a sus descansos y, en definitiva, a su vida normal, y la falta de apoyos económicos y sociosanitarios provocan estas llamadas desesperadas que se ocultan muchas veces tras la petición de meros datos o direcciones. El 47% de las llamadas buscan asesoramiento sobre los recursos sociales existentes en la provincia, en el 35% de las llamadas es la búsqueda de información clínica sobre la enfermedad es el principal desencadenante y sólo en un 16% los comunicantes reconocen que la petición de ayuda psicológica les llevó a marcar. «Nosotros tratamos de ofrecer una información exenta de enjuiciamientos morales. No juzgamos a nadie por lo que preguntan ni por lo que hacen», explica el doctor. Desde 1999, cuando entró en funcionamiento, el teléfono ha recibido una media de 600 llamadas diarias, de las que aproximadamente un 11 por ciento proceden de León. Este fue el primer servicio telefónico de atención en España, modelo copiado posteriormente por Murcia. «Las llamadas que recibimos, un 17% desde fuera de la comunidad confirman la necesidad de continuar con él. Es una necesidad perentoria porque los recursos son totalmente inaccesibles para la población rural», explica el doctor Martínez. Ahora, dos trabajadores sociales y un psiquiatra atienden las llamadas, una plantilla reducida por la falta de apoyo económico que ha llevado también a reducir los horarios: de 11.00 a 14.000 y de 17.00 a 19.00 horas. Manuel Martínez destaca que las llamadas recibidas les han permitido realizar un mapa de la situación del enfermo de alzhéimer en la comunidad o, al menos, de su situación social. Así, se pone de manifiesto lo que el doctor denomina un «panorama desolador» y prácticamente insolubre. El 67% de los cuidadores son mujeres de entre 31 y 50 años que en, muchos casos, tienen además a otras personas a cargo. Son las mujeres, las hijas o las nueras de los enfermos que deben llevar sobre sus espaldas todo el peso de la casa. Cuidadores mayores y solos El 45% de los cuidadores son mayores de 65 años y chocan con que el 11 % de los enfermos tienen, además, alguna otra enfermedad importante y más de la mitad de los pacientes llevan más de cuatro años enfermos y siguen en casa, sin apoyo de cuidadores externos. Las cifras hacen llorar en muchos casos. De las cuidadoras, el 62% atiende a algún otro enfermo y sólo un 5% de las familias cuentan con un cuidador profesional. La edad media de los enfermos supera los 70 años pero, lo que es más importante, esta frontera se rebasa también en los cuidadores. "Es un grupo desatendido totalmente", recalca el coordinador del teléfono. La situación es tremendamente complicada por la falta de recursos sociosanitarios para atender a una población cada vez más envejecida y dispersa. «Cualquier recurso que tuviéramos sería insuficiente cuando tenemos en cuenta que tres cuartas partes de la población de León es rural», indica Martínez. La ausencia de dispositivos provoca que un 42% de los enfermos comunicantes estén en lista de espera para entrar en un centro y que más del 50% de los aquejados requieren cuidados físicos complicados aunque más de la mitad de ellos carecen de personal especializado que los efectúe. Por ello no es de extrañar que la falta de información sea un grave problema añadido a la compleja situación médica y social. El 78% de quienes acuden al 900 123 654 reconocen que es el primer punto de atención al que acuden en demanda y en el 85% de los casos se ha de corregir, por incorrecta, la información que tienen sobre terapias, centros o leyes.