El Procurador del Común consigue que se regule la «piercingmanía»
El Procurador del Común de Castilla y León, Manuel García Alvarez, mostró ayer su satisfacción por la próxima regulación de las condiciones higiénico-sanitarias que deben cumplir los establecimientos dedicados a la práctica de tatuajes, piercing y otras técnicas similares, anunciada por la Consejería de Sanidad, después de que esta institución solicitara recientemente a dicha Consejería información sobre la posibilidad de dictar una norma reguladora de esta actividad para esta Comunidad. El objetivo, según informan fuentes de la propia institución, es establecer una normativa básica de cara a proteger la salud de los usuarios y trabajadores y evitar cualquier tipo de contagio. El Procurador del Común recibió quejas en relación con la necesidad de regular sanitariamente los establecimientos tatuadores y perforadores, además de su adecuado control, puesto que se ponía de manifiesto que «cualquier persona podía practicarlo, sin incurrir en intrusismo profesional, en la trastienda de un negocio de venta de ropa o complementos». Se exige formación mínima Además, el Procurador del Común consideró igualmente necesario regular el tipo de formación mínima que debe ser exigible a los profesionales que lo practiquen y al personal que tengan a su servicio, fundamentalmente en orden a la prevención de riesgos laborales. De esta manera, Castilla y León se convierte en la tercera comunidad en regular este tipo de actividades, tras Cataluña y Valencia.