Gil apuesta por copiar las iniciativas del gobierno del PP en la capital

Pese a que la campaña todavía no ha comenzado, los actos electoralistas dieron ayer inicio para el Partido Popular en San Andrés del Rabanedo con la puesta de largo de la lista que concurrirá a las elecciones del próximo 25 de mayo. Entre abrazos y parabienes, los próceres políticos del grupo popular en la provincia leonesa arroparon a Enrique Gil en su retorno al municipio, después de doce ejercicios ininterrumpidos en el equipo de gobierno del consistorio de la capital. Precisamente fueron quienes han crecido a su sombra los que hicieron el prólogo. José María López Benito, presidente provincial, afirmó que la lista «es la mejor de todas las posibles» dado que es la suya. En el relevo, Mario Amilivia, alcalde de León, quiso aclarar que Enrique Gil «no está en la lista para el Ayuntamiento de la capital porque él no lo ha querido» y aseguró que es lo que es «gracias en gran medida a Gil»; a la vez que se recreo en lo maravilloso que sería un gobierno del PP en los consistorios de León y San Andrés del Rabanedo. Entre tanto sonido de clarines para anunciar su llegada, Enrique Gil se definió como «un peón» y prescindió de más condimentos amparado en los doce años que participó en la corporación municipal y en su condición de vecino añejo de Trobajo del Camino. Lejos de adquirir una actitud de mitin, Enrique Gil pasó casi por alto sobre los pilares en los que se basaría su programa electoral y los resumió en la afirmación de que sería «una copia de lo que el PP está haciendo en la capital», para conseguir que San Andrés del Rabanedo «sea un municipio con entidad y no una ciudad dormitorio como en estos momentos». En este punto, el candidato popular asió la vara de los reproches para condenar la política desarrollada por el actual alcalde, Miguel Martínez, a quien retó a un debate para demostrarle su conocimiento del municipio y aseguró «no tener ningún miedo». Dado que era lo primordial, la lista de candidatos para ocupar los sillones del gobierno municipal cerró el acto. Uno a uno, los integrantes de la candidatura, de los cuales Gil manifestó que no le había costado «esfuerzo convencerlos para que entraran en el proyecto», dieron la cara. El escenario final dejó un retrato con una media de edad de 45 años en el que figuraron nueve mujeres y tan sólo dos de los concejales de la experiencia pasada: Luz Mari García Barbadillo y Santos Martínez Rollón, números dos y tres respectivamente, para refrendar la política de renovación que basa la apuesta de Enrique Gil.