Las Cabezadas buscan hoy el acuerdo entre el Ayuntamiento y el Cabildo
Un año más, la ceremonia de las Cabezadas tratará de conseguir hoy un acuerdo definitivo entre el Ayuntamiento de León y el Cabildo Isidoriano, sobre si la ofrenda a San Isidoro por el milagro realizado es un foro, una obligación, como se defiende desde el Cabildo de San Isidoro; o una oferta, por tanto voluntaria, tal y como se asegura desde el Ayuntamiento. La celebración de este acto, cuya tradición se remonta a más de 850 años y que congrega a multitud de personas en la plaza de San Isidoro, se desarrollará a partir de las 12.00 en la Basílica de San Isidoro, donde la corporación municipal tiene prevista su llegada un cuarto de hora antes, donde serán recibidos por todos los pendones alineados formando un amplio pasillo. Primero tendrá lugar una misa, para a continuación seguir con el acto de debate entre los síndicos, que este año serán el alcalde Mario Amilivia, en representación del Ayuntamiento, y Teodomiro Álvarez, que actuará en nombre del Cabildo de San Isidoro. Posteriormente se procederá a la ofrenda floral y el acto concluirá con la salida del templo a la plaza, donde la corporación municipal se despedirá del Cabildo con las tres solemnes reverencias que dan nombre al acto, y enfilará camino hacia la plaza de San Marcelo, a través del pasillo de los pendones que a continuación se dirigirán hacia la Catedral a través de Ramón y Cajal, plaza de Santo Domingo, Diputación Provincial, calle Ancha y finalmente plaza de la Catedral. Cada cientos de leoneses acuden a presenciar la agudeza e ironía con que los representantes municipales y del Cabildo isiodriano tratan de defender y argumentar sus tesis, para un año más terminar en un auténtico desacuerdo, acorde con lo que manda la tradición. Las Cabezada, oferta o foro, se celebran en agradecimiento a San Isidoro por haber acabado con la sequía que asoló la ciudad entre 1157 y 1159, después de que los leoneses procesionaron las reliquias del santo sevillano. El acto estará, además, adornado de gran solemnidad y la corporación municipal recorre el camino acompañados de los maceros y la guardia vestida de gala; portando dos hachones y un cirio que deben entregar a San Isidoro.