León suprime 1.000 tarjetas de acceso al casco para evitar daños

Las nueve puertas de acceso a la zona antigua de la capital -controladas a través de bolardos- cuentan desde que entró en vigor el plan de restricción del tráfico con una media de 3.000 usuarios con tarjeta de entrada al casco viejo concedida por el Ayuntamiento. En el periodo de renovación que ahora mantiene abierto la institución se pretende reducir en cerca de un millar estos permisos para evitar accesos indiscriminados al área histórica e impedir, además, el deterioro constante que experimenta cada día el adoquinado de la gran zona peatonalizada. El concejal de Tráfico, Francisco Saurina, explica que realizan «una depuración» de los datos de empadronamiento porque con frecuencia no coincide la documentación del coche con la residencia efectiva de quien solicita una tarjeta para el casco. Igualmente, indica que se están limitando los permisos a vehículos que prestan servicios en la zona antigua y avisando a todos aquellos que no tengan su casa en el viejo León, pero sí su plaza de garaje para que soliciten la documentación. Como objetivos principales de esta campaña de «purga», el edil de Tráfico subraya la salvaguarda de los tramos peatonalizados para evitar que el Ayuntamiento deba hacer reformas constantes en estas áreas -como ha sucedido en la Calle Ancha, entorno de la Catedral o plaza de San Martín y su perímetro- y no perturbar la vida diaria de los residentes. Pese a las restricción recalca que a los habitantes del casco tampoco se les privará de la entrada de empresas de servicios para sus reparaciones o necesidades, ni tampoco carecerán de tarjetas hijos de mayores que moren en este enclave y necesiten cuidados o ser trasladados por ellos a consultas médicas u otras citas. Las urgencias seguirán teniendo acceso sin problemas a la vieja ciudad.