Diario de León

Gúmer, uno de los guardias civiles heridos en Picos, relata desde una cama del Hospital el dramático accidente de helicóptero

«Me toqué el cuerpo por si faltaba algo»

Un piloto del BO 105 fue dado de alta ayer y los otros cuatro ocupantes ya están fuera de peligro.

Uno de los guardias heridos en el hospital

Uno de los guardias heridos en el hospital

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J.M. CamposMarco Romero - valverde de la sierra / león
León

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Gúmer, como le conocen en su entorno, no deja de hablar por teléfono sin apenas moverse en la cama del centro donde está hospitalizado junto a otros dos de los cuatro guardias civiles con los que compartió momentos trágicos en la tarde del domingo, cuando el helicóptero en el que prestaban servicio se desplomó violentamente en una ladera del pico Espigüete, una de las zonas más abruptas de la Cordillera Cantábrica. Uno de sus camaradas fue dado ayer de alta y el quinto se encuentra ingresado en el Hospital de Valladolid. «Yo les digo que volvieron a nacer el 8 de junio», comenta uno de los guardias civiles que ayer visitaba a los heridos, adscritos al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña con sede en Sabero. Se dirigían a rescatar a un parapentista herido después de que el viento le arrastrase 40 kilómetros por toda la montaña oriental. Era media tarde cuando Gúmer y el resto de sus compañeros vivieron la mayor tragedia de su vida. «El helicóptero se cayó, y no dio tiempo a reaccionar ni a pensar en nada. Empezó a dar vueltas y más vueltas hasta que nos despidió a mí y a otro compañero. Desde allí vimos toda la escena porque el aparato siguió dando vueltas de campana otros cien metros mientras iba despidiendo a los demás. En esos momentos, mientras veíamos todo, mi compañero y yo nos tocábamos el cuerpo por si nos faltaba algo; no sentíamos nada después de todos esos golpes», relata el agente. Su esposa, aún emocionada, recuerda el amargo momento en el que recibió la llamada de Gúmer: «Sólo me gritaba por teléfono 'estamos todos bien, estamos todos bien, tranquila', y yo, la verdad, no entendía nada al principio, hasta que caí en que podía estar con el helicóptero. Siempre me ha dado miedo, pero ahora no quiero que suba nunca más». Gúmer continúa su relato: «Cuando el helicóptero se paró ya vimos al último piloto salir de la nave. Fue un milagro porque los golpes fueron tremendos». «Lo que nos extrañó a todos es que el helicóptero no se incendiara porque estaba empapado de queroseno después de tanta vuelta. Se conoce que no hubo ni una sola chispa porque este combustible arde enseguida. De hecho, la camilla con la que después me rescataron olía mucho a queroseno». Gúmer concluye su relato asegurando que fue «una experiencia terrible». Y argumenta su tesis añadiendo que «todo el mundo puede comprobarlo si ve los socavones que quedaron en la montaña tras el accidente». Durante la entrevista, un grupo de altos mandos de la Guardia Civil acompañados por el subdelegado del Gobierno en León, Víctor Núñez, interrumpen la entrevista. Han viajado hasta el Hospital de León para conocer el estado de los ingresados y saludar a sus familias. «Este milagro se lo atribuimos a la Virgen del Pilar -la patrona de la Guardia Civil- y a la buena preparación de los chicos», espetó uno de los oficiales. «Habéis tenido mucha suerte porque más del 90% de los casos similares al que vosotros vivisteis acaban trágicamente», añadió Víctor Núñez. En el Hospital de León permanecían ayer por la mañana en observación otros dos agentes del Greim. Sus habitaciones eran ayer por la mañana un constante ir y venir de compañeros, con quienes incluso bromearon. Según su parte médico, los guardias civiles presentan un pronóstico menos grave que el domingo, aunque deben ser sometidos a diversos tratamientos para curar las magulladuras, policontusiones y fracturas de fémur y muñecas que presentan algunos de ellos. No obstante, ya se encuentran fuera de peligro, al igual que el piloto trasladado inicialmente al Hospital Clínico de Valladolid por temor a que pedeciera graves secuelas internas, aunque finalmente los médicos descartaron cualquier intervención de urgencia. El otro piloto fue dado de alta también ayer en el centro sanitario de León. «Habéis tenido suerte porque más del 90% de estos casos acaban trágicamente» VÍCTOR NÚÑEZ Subdelegado del Gobierno

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