Gotas de solidaridad para el desierto

Un centenar de niños saharauis llegarán el próximo día 4 a León, dentro del programa Vacaciones en Paz 2003 organizado por la Asociación La Hamada en colaboración con distintas instituciones y el Frente Polisario. Una campaña solidaria pero escasa ya que aunque este año llegarán a España casi diez mil niños huyendo de las condiciones extremas del desierto argelino, sólo son una parte de los más de 24.000 niños censados en estos campamentos que, provisionales, llevan más de veinte años acogiendo a miles de personas. Desde que se puso en marcha el programa vacacional más de un millar de pequeños han pasado sus vacaciones en León, en familias de acogida que en casi todos los casos repiten su colaboración. Este año, no obstante, el responsable de la asociación, José María Fernández Morán, destacó que ha descendido ligeramente el número de familias de acogida debido al deseo de éstas de recibir al mismo niño. De los 725 niños que a primeros de julio aterrizarán en el aeropuerto de Villanubla, con edades comprendidas entre los ocho y los doce años, 460 repiten estancia en la comunidad; en León acuden de nuevo una treintena de menores. Yahya Mohamed, delegado en León del Frente Polisario, destacó que son la dureza del clima y la falta de servicios médicos en el desierto lo que obliga a estos desplazamientos de los niños. El número de niños acogidos en León ha descendido en los últimos años, motivado en parte por el apego a las familias que establecen vínculos con un niño determinado y no desean, luego, acoger otro. Una eexplicación para este descenso en las acogidas, es para José María Fernández el hecho de que el conflicto saharaui quede tapado por otros internacionales con más interés para la opinión pública. En este sentido destaca que la historia de la joven Aisa Embarek, acogida por una familia berciana y luego obligada a volver a los campos del sur argelino, ha tenido más repercusión en la prensa que los casos de miles y miles de niños allí retenidos por la política internacional y sin ningún altavoz. «Pedimos el mismo trato para todos», indicó Fernández. Aisa, convertida en símbolo de la mujer saharaui reprimida por las tradiciones, volverá el próximo curso a España para estudiar en Madrid la carrera universitaria que había elegido, con el apoyo de la familia berciana con la que pasó sus primeras vacaciones. Actualmente son siete, según La Hamada, los jóvenes saharauis que permanecen en León realizando estudios secundarios o universitarios tras haber participado en estos programas estacionales. Llevan aquí más de cuatro años. Las familias de acogida se comprometen a mejorar las condiciones médicas de los pequeños