La FSP-UGT atribuye al director de la prisión de Mansilla una gestión despótica e intimidatoria
El secretario general de la Federación de Servicios Públicos-UGT, Máximo Ferrero, denunció ayer la gestión del director del centro penitenciario de Villahierro, Alberto Fidalgo así el trato que proporciona los trabajadores. Ferrero calificó la dirección de Fidalgo al frente de la prisión como «despótica, prepotente e intimidatoria para los funcionarios y el resto de empleados», destacando como una medida corriente en su cometido el uso de expedientes displicinarios, seis en lo que va de año, para «amedrentar» a los trabajadores de Villahierro. El secretario general continuó añadiendo que «hasta ahora ya a dirigido 56 órdenes normativas, un número excesivo en comparación con otras cárceles». Por este motivo, UGT propondrá al resto de sindicatos, que también han dirigido a lo largo de los últimos años críticas continuas a la gestión del centro, una «unificación de criterios que consiga encauzar la situación de una forma definitiva». El déficit de plantilla volvió a ser uno de los motivos de queja de la FSP-UGT. El centro cuenta con un total de 440 trabajadores en su plantilla. Según fuentes sindicales, la relación de puestos de trabajo de Mansilla de las Mulas es de 20 empleados menos que otra prisión de las mismas características en Palma de Mallorca. Villahiero tiene en la actualidad 1.100 reclusos internados. El director del penal reconoció hace una semana en este periódico la carencia que sufre el centro y afirmó que «se irá solucionando con el tiempo». Por su parte, el delegado sindical de UGT en la prisión, Juan Luis Cueto, hizo hincapié en la falta de seguridad del penal. Según él, en los últimos 30 días el artículo 72, que se aplica en casos de violencia grave, se ha empleado en 57 ocasiones, es decir, dos veces diarias. Además, se han producido durante el mismo periodo de tiempo, 21 agresiones dentro del centro, 11 entre internos y 10 a los funcionarios y médicos del centro. Según Cueto, la de León es la prisión más conflictiva de España, un factor importante en «la creciente desmotivación de la plantilla». La FSP-UGT estimó en entre 20 y 22 el número de nuevos empleados necesario para enmendar el déficit de plantilla, con lo que el total de trabajadores ascendería a 450.