Según el director del Centro Nacional de Referencia, los consumidores no deben preocuparse
Badiola dice que la enfermedad de las vacas locas disminuirá ya este año
Los casos que aparecen ahora son ejemplares contaminados en la década de los 90
El director del Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles, Juan José Badiola, asegura que no hay que alarmarse por el incremento de casos de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), ya que el aumento era previsible y comenzará a remitir entre 2003 y 2005. Badiola, que participó esta semana en Cuenca en un curso de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), explicó que este incremento en la incidencia de la EEB era esperable, porque en estos momentos están apareciendo casos de animales que se contaminaron en la década de los noventa (en los años 1995, 1996 y 1997) y hay que tener en cuenta que el periodo de incubación de la enfermedad es de cinco años. Por lo tanto, insistió en que «no hay motivo para la alarma», porque «estaba absolutamente previsto» y sólo resta saber cuál será el año en el que habrá un mayor número de casos en la curva epidemiológica antes de que comience a decrecer. Badiola dijo que las previsiones más optimistas apuntan a que el punto más alto en el número de casos detectados podría alcanzarse este año, mientras que las más pesimistas establecen que el punto de inflexión se producirá hacia 2005. De momento, se está registrando un aumento del número de casos en España, puesto que en lo que va transcurrido de 2003 se han detectado ya 90, aunque la cifra todavía tiene que crecer considerablemente, de forma que Badiola espera que al final del año se hayan contabilizado entre 160 y 180 casos, frente a los 127 que se detectaron en 2002. Reiteró que lo que se está viendo ahora de una forma gráfica es el reflejo de lo que ocurrió hace cinco años y explicó que es una enfermedad tan peculiar y tan poco corriente «que un animal se infecta hoy y hasta los cinco años no aparece la sintomatología, ni se puede detectar con los métodos de diagnóstico actuales, porque tenemos serias limitaciones». En Castilla y León se han efectuado desde el 2000 y hasta el pasado mes de abril un total de 28.872 test prionicos para detectar el mal, lo que la convierte en la segunda Comunidad Autónoma con mayor número de test practicados.