Segovia tiene el mayor índice de la comunidad, y en Palencia es donde más subió
La provincia de Segovia es donde más peso tiene la economía sumergida en relación con el Valor Añadido Bruto, con un 23,6%. Además de Segovia y León, en la comunidad autónoma sólo supera el 20,9% de la media nacional de dinero no declarado la provincia de Zamora, con un 21,2%. Palencia, con un 20,2% se sitúa muy cerca de la media; Soria, Valladolid, Burgos y Salamanca tienen valores próximos al 18%, y Ávila, con un 14,4% es la provincia de Castilla y León con una menor influencia de la actividad económica no declarada. Subidas sobre la media Al margen de los porcentajes en el momento final del estudio, la evolución de la economía sumergida en Castilla y León refleja que en la mayoría de los casos esta actividad fraudulenta ha crecido por encima del cinco por ciento de la media nacional entre los años 1980 y 2000. Así, en Palencia se ha incrementado en un once por ciento, en Zamora lo ha hecho en un 8,4%, un 7,4 en Soria, casi un siete también en León y un 5,7% en Salamanca. Ya por debajo de la media se sitúa Segovia, con un 4,8%, el 2,3% de Valladolid, el 1,9% de Burgos, y de nuevo cierra la lista la provincia de Ávila, con un 1,5% de incremento de la economía sumergida en las dos últimas décadas. En cuanto a la evolución de la economía sumergida, el estudio de Hacienda identifica tres grupos de territorios: uno en el que apenas hay variación en todo el periodo, otro en el que el fenómeno va perdiendo peso con el paso del tiempo, y un tercero donde se experimenta un fuerte crecimiento. El efecto euro, sin evaluar Los resultados del estudio del Instituto de Estudios Fiscales se contrastan al dar unos resultados muy aproximados a los de una investigación similar que recientemente ha promovido la Comisión Europea, que situaba a Grecia a la cabeza de la UE con un 30% del PIB, y en la que para España se estimó un 22% frente al 21% que resultó en el trabajo de Ángel Alañón Pardo y Miguel Gómez de Antonio. En cuanto a las limitaciones del estudio, destaca que no tiene en cuenta los efectos de la llegada del euro y la desaparición de la peseta, un proceso que hizo emerger buena parte del dinero negro que existía.