Las cárceles españolas cuadruplican a las europeas en drogadictos y VIH La sanidad penitenciaria

La situación sanitaria en las cárceles españolas es, cuanto menos, preocupante. La comparación con los recintos penitenciarios del resto de Europa otorga a España el «triste honor» de encabezar el ránking en número de drogodependientes e infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) con tasas que, tal y como pusieron ayer de manifiesto distintos profesionales, cuadriplican las registradas en el entorno europeo. Andrés Marco, responsable sanitario de la cárcel Modelo de Barcelona, aseguró que la incidencia de infección del VIH o de drogodependencias en las penintenciarías españolas cuadruplica o quintuplica en muchos casos los datos recogidos en otros países como Francia o Suecia. España, con una distribución muy poco uniforme en función del tamaño de la prisión, contabiliza hasta un 30% de la población reclusa infectada por el virus que genera el sida, una cifra que en las cárceles más pequeñas se reduce al 5-10% pero que sigue estando muy por encima de la media de la Unión Europea con tasas como la francesa situada en un 1%. La comunidad, en la línea Las cárceles de Castilla y León, explicó el doctor Vicente Martín, son un reflejo de la situación autonómica y aunque las cifras de prevalencia son más bajas se sitúan en un preocupante porcentaje que oscila entre el 5% y el 10%. Las cifras son alarmantes ya que se estima que el 50% de los casi 60.000 presos recluidos ahora en España han consumido de forma habitual cocaína y heroína, más del 20% de los internos están siguiendo un programa de mantenimiento con metadona y casi 5.000 siguen tratamiento con antirretrovirales para intentar frenar la evolución del sida. No obstante, aunque el 15% de los presos estén contagiados por el VIH, principalmente a causa del uso compartido de jeringuillas entre los drogodependientes, tan sólo un pequeño porcentaje de la población reclusa de todo país ha llegado a desarrollar la enfermedad del sida. La procedencia de los presos de áreas marginales, el cambio de valores que se genera en las cárceles por la falta de libertad o los problemas previos de exclusión social provocan, además, que los internos de los centros penitenciarios españoles estén muy poco preocupados por su salud, hasta el punto de que prácticamente la mitad de ellos abandonan los tratamientos contra el VIH antes de su conclusión. La Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria reúne a más de 450 profesionales sanitarios de las cárceles del país, en las que trabajan más de 1.200 médicos, enfermeros o psicólogos. El leonés Vicente Martín, médico en la prisión provincial, preside esta sociedad creada hace ocho años para promocionar y mejorar la salud dentro de las cárceles. Martín destaca que mejorar la situación sanitaria en las prisiones es fundamental ya que repercutirá en toda la sociedad. Durante las jornadas que, desde ayer, se celebran en León se tratará, entre otras cuestiones, de crear un grupo de salud mental en la sociedad científica que analice la situación de estas patologías en las cárceles y marque las pautas de actuación para abordar los trastornos psiquiátricos de los reclusos. En el año 1993, en un congreso celebrado en León, los profesionales ya reclamaron la integración de los servicios médicos en la administración sanitaria. «No se ha conseguido nada», precisaron ayer.