Procurador autonómico del PP
«Esta distinción es un importante reconocimiento a un largo trabajo»
El presidente de la República Francesa acaba de conceder a ex senador la Medalla de Caballero de la Legión de Honor, una de las distinciones más importantes del país galo
Fernando de Arvizu (Pamplona 1950) es catedrático de Historia del Derecho en León desde diciembre de 1980. Aunque también posee una dilatada trayectoria política, ya que desde que ingresó en el PP en 1987 (entonces Alianza Popular) ha participado en todas las campañas electorales, siendo incluido en la práctica totalidad de las listas que por este partido concurrían a las mismas. Pertenece al Comité Ejecutivo Provincial desde 1989 y al Regional desde 1995, es procurador regional desde 1993 y entre 1999 y el 2002 fue senador autonómico. Aunque hoy es actualidad porque el presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, le ha concedido la Medalla de Caballero de la Legión de Honor de Francia. -¿Cómo se enteró de que le habían otorgado esta distinción? -El día 17 de septiembre, al llegar a casa, me encontré con una carta del embajador de Francia en la que me comunicaba que el presidente de la República de Francia me había concedido esta medalla, que es una de las condecoraciones de mayor rango de las que concede este país. -¿A qué se debe tal honor? -A que he dedicado 16 años de mi vida a estudiar un conflicto fronterizo denominado «El conflicto de los Alduides». Se trata de una problemática existente en el pirineo navarro que ha durado 400 años. En concreto hace referencia a una extensión de tierra de soberanía francesa que se interna en España según un trazado poco lógico, con forma de berruga. Me decidí a estudiarlo porque nadie tenía mucha información sobre el asunto. Es un tema que todavía hoy tiene mucha importancia, porque hay pastos de una parte que son disfrutados por los ganados de la otra y se pagan rentas que se revisan periódicamente. Es decir, que aún hoy existen negociaciones sobre esos terrenos. Precisamente, lo que yo hice fue establecer a que obedecen esas negociaciones y la base de los acuerdos que se tomaban. -¿Pero ésta no es la primera condecoración que recibe por este trabajo? -No, en 1992 en España se me concedió la Cruz de Isabel la Católica y en Francia la Medalla de las Palmas Académicas. Ambos reconocían la trascendencia pública de este trabajo. Sin embargo, como los documentos que había podido recabar tanto en Francia como en España sólo llegaban hasta 1829, me decidí a realizar una segunda investigación para completar el estudio. Así que, publiqué otro libro por el que el Gobierno español me hizo Comendador del Mérito Civil, mientras que en Francia también fue muy bien valorado. En 1999 comencé mi etapa como senador y la dirección de mi formación me designó presidente del grupo de amistad francoespañol en el Senado. Creo que el hecho de abandonar el cargo de senador y por consiguiente la presidencia de ese grupo aceleró e hizo subir un grado este reconocimiento que ya tenían preparado. -¿Y qué le supone a título personal? -Un importante reconocimiento a un largo trabajo. Esta condecoración premia servicios excepcionales tanto para los franceses como para los extranjeros. Aunque en el caso de los foráneos el embajador es el único que puede proponer esa recompensa. El presidente de la República dice sí o no y no tiene porqué explicar su decisión, ya que se entiende que sí dice que sí es porque encuentra suficientemente fundada la propuesta.