La Guardia Civil recuerda a las víctimas del terrorismo en el día de su patrona

El Rey don Juan Carlos presidió ayer el desfile militar conmemorativo del día de la Fiesta Nacional en el que la estrella del Ejército del Aire, el caza europeo Eurofighter no pudo participar en la parada, porque el consorcio fabricante detectó un defecto de serie en el tren de aterrizaje y ordenó que todos los aparatos permanecieron en sus bases. El desfile militar incluyó como novedad a las banderas y sendas representaciones de los países que acompañan a los soldados españoles de la brigada Plus Ultra desplegados en Irak. Fueron en total casi 4.000 militares, 84 aeronaves y 250 vehículos, entre ellos las últimas y más modernas adquisiciones, como los carros Leopard , los blindados Pizarro y los helicópteros de ataque Tigre . Miles de ciudadanos asistieron a la parada que discurrió por el paseo de la Castellana para desembocar en la plaza de Colón y que se celebró entre fuertes medidas de seguridad por temor a un atentado de ETA como represalia a los golpes a su estructura básica que asestó la policía la semana pasada. Los presentes Junto a los Reyes, en la tribuna principal, estuvieron presentes los Duques de Lugo y los Duques de Palma. No acudió, en cambio, el Príncipe don Felipe por encontrarse de viaje fuera de España. En el mismo palco, se dieron cita 11 ministros del Gobierno con su presidente, José María Aznar, a la cabeza; los presidentes del Congreso y del Senado, Luisa Fernanda Rudi y Juan José Lucas, y los presidentes de los Tribunales Supremo y Constitucional. En otros palcos, se acomodaron también el secretario general del PP, Mariano Rajoy, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, 13 presidentes autonómicos y el alto mando de las Fuerzas Armadas. El férreo dispositivo de seguridad no pasó desapercibido para los asistentes. Efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil a pie y en sus vehículos peinaron desde horas antes las calles adyacentes, perros adiestrados en la detección de explosivos también colaboraron. En todas las azoteas cercanas, agentes del Cuerpo Nacional de Policía armados con rifles de precisión vigilaron los inmuebles colindantes. Todavía estaba fresco el recuerdo de lo sucedido hace dos años, cuando ETA intentó hacer estallar un coche bomba en una calle no muy lejana del desfile. Los Reyes, que llegaron a las 12.00 horas, fueron recibidos por el presidente del Gobierno, los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos y otras autoridades militares y civiles, entre ellas el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y el delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui. Tras pasar revista a la Guardia Real, don Juan Carlos presidió la izada de la bandera al son del himno nacional. A continuación, acompañado de jefe del Ejecutivo y las máximas autoridades parlamentarias, depositó una corona de flores en homenaje a los caídos en acto de servicio. El acto concluyó con una descarga de fusilería. Los aviones de la patrulla Águila , entretanto, dibujaron en el cielo una larga estela de humo con los colores de la enseña nacional. Los soldados de la brigada Plus Ultra desplegados en Irak también celebraron la fiesta nacional con una serie de actos a los que asistieron representantes de las provincias de Al Qasidiyah y An Nayaf, territorios bajo control español. Entre otros, estuvieron presentes los dos gobernadores, los presidentes de los consejos locales, líderes religiosos y representantes de la Autoridad Provisional. También acudieron el embajador español en misión especial, Miguel Benzo, que actúa como enlace entre las autoridades de transición y Naciones Unidas, y jefes de los contingentes centroamericanos que también forman parte de la brigada. Igual que en Madrid, el acto central fue un desfile que comenzó a las 11:30 horas (9:30 horas en España), después de que el general Alfredo Cardona, al mando de la brigada, pasara revista a la fuerza. El secretario de Comunicación del PSOE, José Cepeda, denunció ayer lo que a su juicio es una «manipulación» por parte de RTVE de la retransmisión del desfile militar de las Fuerzas Armadas ya que en las imágenes aparecían «sólo los laterales del Paseo de la Castellana» donde había publicidad electoral del PP. Cepeda dijo que en Televisión Española sólo se apreciaban banderolas con la imagen de «Esperanza Aguirre» o «Vota PP», por lo cual, dijo, los servicios jurídicos del PSOE llevarán una denuncia ante la Junta Electoral. En su opinión, se trata de «un capítulo más de la ofensiva del aparato mediático y propagandístico de TVE, puesto al servicio del Partido Popular, en plena campaña electoral». Para Cepeda está claro que el PP «quiere utilizar los medios de comunicación públicos a su libre voluntad» como «las decisiones de la dirección de RTVE sobre cómo cubrir la Campaña electoral de la Comunidad de Madrid, o la disposición del jefe de los Servicios Informativos, Alfredo Urdaci, de tomar decisiones como jefe de propaganda del movimiento», dijo Cepeda, que «ya nos hacía pensar que podía suceder y ha sucedido», añadió. Desinformación social Estas maniobras, agregó Cepeda, demuestran que «el Partido Popular ha puesto en marcha mecanismos de desinformación social, y la utilización subliminal de todas y cada una de las imágenes del desfile militar de hoy en Madrid son una muestra de cómo TVE está siendo utilizado por el PP, como herramienta electoral». «Esperanza Aguirre tendría que sentir vergüenza» de aprovecharse de esta circunstancia, indicó Cepeda, para quien «es bochornoso observar cómo, mientras Aguirre se esconde en hipócritas argumentaciones para no confrontar en un debate en la televisión pública que manipula brutalmente la información, evita un cara a cara con Simancas». Asimismo, el dirigente se muestra convencido de que «el Partido Popular somete a la ciudadanía a una democracia secuestrada por falsas imágenes».