Un penal con piscina olímpica
El edificio de la prisión Villahierro incorporó la última tecnología en materia de seguridad y «comodidad» para los presos. Además de los catorce módulos para los internos de régimen ordinario, se habilitó otro de régimen especial con 36 plazas, más los servicios complementarios de enfermería e ingresos, con capacidad para 170 personas. El complejo incluye un gimnasio, salón de actos, biblioteca e incluso una piscina olímpica. Actualmente, el módulo más saturado es el 14, con 115 presos. Hay 1.008 celdas, 413 funcionarios, 26 laborales y 1.252 reos en total. Módulo de reos peligrosos Se inauguró el 1 de marzo del 2002, después de varios retrasos. Está reservado para los presos Fies (fichero de internos de especial seguimiento por su peligrosidad). Sus puertas se abrieron para los criminales de guerra croatas condenados por el Tribunal Penal Internacional, Vladimir Santic y Drago Josipovic. Un mes después, tres inyernos protagonizaron un motín, que se saldó con ocho funcionarios lesionados y el mobiliario de las celdas destrozado. Control externo con chip La cárcel puso en marcha hace año y medio un programa para que los presos de tercer grado, a punto de cumplir sus condenas, puedan trabajar y pernoctar en sus propias casas. Están controlados por una pulsera que incorpora un chip y tienen la obligación de no salir de sus viviendas desde las ocho de la tarde a las ocho de la mañana. Para evitar los contagios, sobre todo, de hepatitis y sida, también funciona un programa de intercambio de jeringuillas.