| Orientación escolar | Técnicas de relajación (y 4) |
¡Que no cunda el pánico!
La crisis de ansiedad puede durar hasta media hora, por lo que hay que evitar el exceso de cafeína, hacer ejercicio y tomarse un descanso en las situaciones de estrés para prevenirlas
«¡Dios mío, me muero!» Esta es la desagradable sensación que se tiene cuando uno pasa por un ataque de ansiedad. Este trastorno, cada día más común en adultos -sobre todo mujeres-, pero también en adolescentes y niños, trae de cabeza a todo aquel que lo ha experimentado. La situación se produce más o menos así: sin una causa aparente, y de forma inesperada, se entra en una crisis de ansiedad en la que hay un miedo intenso a perder el control, un presentimiento de que algo horrible va a pasar, o incluso miedo a morir, todo esto acompañado de síntomas como: dificultad para respirar, dolor en el pecho, palpitaciones, sudoración, sofoco, sensación de irrealidad, temblores, mareo y náuseas. Por lo general, este proceso suele durar entre diez minutos y media hora, a veces algo más, y la primera vez deja desconcertado al que lo sufre. Es inevitable que una pregunta asalte su cabeza: «¿Me estaré volviendo loco?» Pues claro que no, simplemente es una protesta del cuerpo a una situación de estrés que a veces ni siquiera se había detectado («pero si yo estaba tan tranquilo»). Digamos que es una llamada de atención del organismo para poner freno a un exceso de tensión psicológica. El tratamiento más efectivo es una combinación de hábitos saludables en la vida diaria y la psicoterapia o aprendizaje de técnicas de relajación. A veces también es necesario contar con algún medicamento (los hay muy efectivos), siempre que esté recetado por el médico. Para empezar, si tú sabes de lo que estamos hablando y quieres acabar con ellos, acostúmbrate a una vida más sana: Haz ejercicio y come con regularidad, evita el exceso de cafeína, tabaco y alcohol, ya que aumenta la ansiedad, aprende a sentirte bien haciendo un trabajo competente o «suficientemente bueno» sin necesidad de llegar a la perfección, tómate un descanso en las situaciones que te provocan estrés: escucha música, charla con un amigo, escribe, dibuja o date un paseo y aprende la técnica de la respiración abdominal y la relajación progresiva de los músculos (que son las que explicamos en el número 2 y 3 de esta miniserie). Pónlos en práctica, verás como te darán seguridad.