El PSOE vuelve a conversar con el PP, pero dejará gobernar en minoría a UPL

El Partido Socialista dejará que la UPL mantenga el gobierno del Ayuntamiento de Villaquilambre en solitario, según manifestó ayer su portavoz, Miguel Hidalgo. El político reconoció que había mantenido conversaciones con el PP, tanto el día 7, cuando se materializó la ruptura del pacto UPL-PP, como el pasado lunes, pero insistió en que no hablaron de una posible moción de censura contra el alcalde, Lázaro García Bayón, sino sobre la vida municipal. De hecho, Hidalgo catalogó los encuentros «como meros intercambios de opiniones», y aseguró que el PSOE «está dispuesto a garantizar la gobernabilidad del Ayuntamiento, ejerciendo una oposición responsable que respalde los proyectos que plantee UPL, siempre que sean buenos para los vecinos». Los socialistas consideran, no obstante, que UPL «tiene un grave problema, que es la actitud del alcalde», y piden que se fomente el diálogo para no paralizar el municipio. Comida de hermandad Por su parte, García Bayón reconoce que gobernar en minoría «será complicado, sobre todo, por algunas personas de la oposición», pero no ve problema en incentivar el diálogo. Según mantiene, si el PP y el PSOE forman una «pinza para echar para atrás los proyectos vitales para el municipio, como la ampliación del polígono o el PGOU, los ocho concejales leonesistas que gobernamos tenemos claro que dimitiremos para no paralizar Villaquilambre». Mientras, el secretario de organización de UPL, José María Rodríguez de Francisco, y el secretario regional del PSOE, Ángel Villalba, intentan normalizar las relaciones entre los líderes de ambos partidos en Villaquilambre. Según De Francisco, «la intención es, quizás, reunir a Lázaro y a Hidalgo en una comida para decirles que se olviden de personalismos y siglas y trabajen por Villaquilambre. La función de los dirigentes de los partidos es poner paz en las tensiones». Villalba admite que «hay que intentar moderar la situación», pero que el partido de Villaquilambre es soberano en sus decisiones. De Francisco y Villalba no pudieron verse ayer en Valladolid, como estaba previsto, por problemas de agenda.