Iberdrola entorpece los planes del sector energético

El futuro del carbón pasa, en buena medida, por las condiciones favorables que obtengan las eléctricas en seguir comprando carbón nacional -más caro, pese a las subvenciones- tras las inversiones medioambientales a las que se vean obligadas cuando el Gobierno apruebe en los próximos meses el plan nacional de asignación de emisiones de sustancias contaminantes, para cumplir lo comprometido en el Protocolo de Kioto. De aplicarse a rajatabla lo acordado en la ciudad japonesa, la inversión de todo el sector repercutiría en gran medida en el incremento de la tarifa eléctrica (hasta 2000 millones de euros anuales), por lo que el Gobierno tendría ya pactado con las eléctricas una aplicación bastante flexible del protocolo, lo que beneficiaría al sector minero. Sin embargo, según publicó El País el domingo, Iberdrola, la eléctrica con menos intereses en la minería y que tiene menos problemas medioambientalesl, ha roto este consenso y pretende un cumplimiento estricto de lo comprometido en Kioto. Esta actitud, prosigue la información, ha provocado un gran malestar en las restantes compañías y en Unesa, que consideran que Iberdrola intenta aprovechar la coyuntura para ampliar mercado. Y también choca con la actitud de los sindicatos mineros, que, desde hace meses, vienen exigiendo al Gobierno que tenga en cuenta la peculiaridad del sector de cara a la asignación de emisiones.