La medida pretende evitar que se pisen o dañen las miniaturas de Ponga
El Ayuntamiento protege con una valla la maqueta de la ciudad
Los vándalos han arrancado las figuras en bronce de la Inmaculada y la torre de los Bomberos
Tan sólo siete meses después de su inauguración, el Ayuntamiento ha tenido que proteger con una valla la reproducción en bronce de los últimos 2.000 años de la ciudad. Los operarios municipales colocaron ayer la barrera de forja, de cuarenta centímetros de altura, en un intento de que los curiosos no pisen las figuras y las dañen. El concejal de Infraestructuras, Javier Chamorro, reconoce que la medida «era muy necesaria», ya que esta curiosa instantánea de León ha sufrido numerosos «atropellos» desde que se instaló en el jardín de la plaza de San Marcelo el pasado mes de abril. Los vándalos han conseguido arrancar dos figuras, la torre de los Bomberos y la columna de la plaza de la Inmaculada donde se eleva la virgen, y lo han intentado sin éxito con la torre de la Catedral. Además, los servicios de limpieza lograron salvar en dos ocasiones a la maqueta de los efectos de la pintura. Los agresores escribieron «No a la guerra» en rojo y, una vez limpio, arrojaron todo un bote de pintura del mismo color sobre la reproducción de la ciudad. Cambio de ubicación Chamorro se ha planteado incluso cambiar de ubicación el monumento y situarlo en el suelo, con una valla que lo bordeara y sobre la que pudieran apoyarse los interesados en ver de cerca cómo era la ciudad en los siglos I, X y XX. De momento, se ha instalado una forja negra en todo el perímetro, para intentar disuadir a los «intrusos».