Zapatero recuerda que Aznar criticó en 1979 la Constitución que ahora defiende

Diez años después de que en 1993 el entonces presidente del Gobierno Felipe González fuera abucheado por los estudiantes de la Universidad Autónoma, José Luis Rodríguez Zapatero, el candidato a la presidencia por el Partido Socialista Obrero Español, fue ovacionado en el mismo escenario. El líder socialista clausuró ayer unas jornadas sobre la Constitución en la Facultad de Derecho de la Autónoma y aprovechó su intervención para recordar el escaso entusiasmo con el que José María Aznar acogió la Constitución. Zapatero recordó los artículos que Aznar escribió en 1979 en un periódico de La Rioja en los que alertaba de «los riesgos» de aprobar la Carta Magna. Con todo, consideró positivo que que Aznar sea ahora defensor de la Constitu-ción. «Lo digo sin ningún punto de ironía», afirmó ante las risas de los estudiantes. «La derecha ha llegado tarde siempre al progreso y a los cambios», explicó, para añadir que «llegarán a las reformas de la Constitución y cuando las hagamos dirán que son de ellos». El dirigente socialista utilizó estos escritos de Aznar para reprocharle una «escasa visión histórica». Y añadió que esa misma falta de visión es la que está demostrando con la guerra de Irak. Zapatero insistió en sus ataques a Aznar y afirmó que «no es fácil encontrar alguien más de derechas». «Le queda poco tiempo para que abandone la Presidencia. Démosle las gracias en todo caso», dijo entre el jolgorio estudiantil. Reformas El líder socialista se mostró partidario de introducir reformas en la Constitución, entre las que incluyó la igualdad de derechos entre hombre y mujer para acceder a la sucesión a la Corona y por tanto a la jefatura del Estado. El socialista propuso también introducir en el texto constitucional los nombres de todas las comunidades autónomas y de Ceuta y Melilla para establecer de una vez por todas la inmutabilidad del Estado autonómico. Zapatero aseguró también que España vive un «momento serio» aunque «no preocupante» de tensión territorial y propuso el diálogo pero también la firmeza como únicos métodos para resolver la cuestión. A pregunta de un alumno, Zapatero rechazó que la monarquía sea una «antigualla» y dijo que es «un régimen perfectamente democrático».