Los vendedores de prensa, abiertos al diálogo con la distribuidora
El presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de León, Marcos García, declaró ayer que los 82 asociados que forman la Asociación se muestran abiertos al diálogo con la distribuidora que les cortó el suministro de periódicos y revistas el martes y el miércoles pasado, aunque también reconoció que si la situación con la distribuidora sigue así, dejarán de trabajar con ella. El vicepresidente de la Asociación, Mariano Duque Campo, matizó que la medida desesperada adoptada por él y por José Antonio Corrales de rociarse combustible en la tarde del pasado jueves tuvo como objetivo el «evitar daños mayores». Duque Campo comentaba que la distribuidora Boreal, que se encarga de suministrar periódicos y revistas a los vendedores de prensa, siempre hacía mal las facturas, motivo por el que el jueves al final accedieron a pagar casi 150 euros, aunque, según el vicepresidente, esa cantidad no tenía que ser abonada por los vendedores, ya que es un error de la distribuidora que suele pasar cada semana. Además, Duque Campo insistió en que esa cantidad la tenía que haber pagado la distribuidora Boreal y no los vendedores de prensa y matizó que esta afirmación es demostrable. El corte de suministro acaecido durante dos días de la pasada semana supuso una pérdida de clientes y la manipulación de los mismos según Marcos García, quien señaló que en quiscos cercanos a los de la Asociación, se había llevado a cabo una distribución mayor a la habitual. En este sentido, Duque Campo quiso incidir en que el gerente de la distribuidora Boreal, Santiago Manrique, no es nadie para cortar el suministro, ya que es el juez quien ha de tomar esa decisión en el caso de que existan irregularidades. El jueves por la tarde, Mariano Duque Campo y José Antonio Corrales se negaron a deponer su actitud hasta que no se presentara en el lugar en el que estaban encadenados, la Catedral, el gerente de la distribuidora Boreal, Santiago Manrique, a pesar de los intentos de bomberos y policías y del presidente del presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de León, Marcos García, que trataron de convencerles. Asidos a los barrotes que rodean la Catedral con una cadena de grosor considerable, con un mechero y con dos garrafas con combustible que exhibieron cada vez que un agente se aproximó con ánimo de que desistieran de su postura, los dos hombres amenazaban con prenderse fuego y quemarse a lo bonzo en plena plaza de la Catedral.